El Movimiento Muralista Mexicano fue uno de los fenómenos estéticos más profundos que ha experimentado nuestro país, no sólo por sus cualidades artísticas y la fuerza de su contenido, sino por ser un movimiento social y político de resistencia e identidad. A cien años del advenimiento de este Movimiento que se extendió a lo largo y ancho del país y que hoy figura como uno de los géneros más distintivos de América Latina, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) ha preparado un nutrido programa, no sólo para conmemorar el legado artístico de este periodo, sino para generar nuevas lecturas sobre el sentido de lo público y lo social en el arte. Este programa está compuesto por cuatro distintas miradas que, de lo general a lo particular, trazan una vía que nos lleva a conocer perspectivas que el muralismo mexicano da la oportunidad de generar.

Después nos encontraremos con momentos particulares y, por supuesto, icónicos para este movimiento artístico, en los que conoceremos más a fondo el legado y aportaciones de figuras clave como David Alfaro Siqueiros, Anita Brenner, Amado de la Cueva, Xavier Guerrero, Desiderio Hernández Xochitiotzin, Rina Lazo, Carlos Mérida, Concha Michel, Gerardo Murillo, Dr. Atl, Tina Modotti, Roberto Montenegro, Juan O’Gorman, Pablo O’Higgins, José Clemente Orozco, Diego Rivera e Isabel Villaseñor, además de obras imprescindibles como el Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Rivera, o América Tropical del propio Siqueiros.

A estas piezas clave del muralismo se suma la mirada contemporánea, que toma esta expresión plástica como punto de partida para la creación, si bien desde los lenguajes abstractos y el arte callejero, que incluso se contraponen a las concepciones promovidas, en ese entonces, como el ideal de la modernidad nacional.

Finalmente, a partir de las perspectivas de otras disciplinas como la fotografía, o de enfoques relacionados con la conservación del patrimonio artístico, es que enriquecemos la forma en que percibimos la herencia que el Movimiento Muralista Mexicano ha traído, de manera permanente, a las prácticas artísticas presentes y futuras de nuestro país.

Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, Diego Rivera, 1947.