MÚSICA

La Orquesta Sinfónica Nacional hará homenaje al compositor italiano Nino Rota

Boletín No. 1760 - 03 de diciembre de 2018
  • Con el concierto La música de Nino Rota para cine, bajo la dirección del huésped Stefano Mazzoleni
  • Incluirá temas de películas dirigidas por Fellini, Visconti, Zeffirelli y Coppola; los días 7 y 9 de diciembre en el Palacio de Bellas Artes

En el penúltimo programa de su temporada 2018, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) hará un homenaje a uno de los compositores italianos más sobresalientes del siglo XX: Nino Rota, con la revisión de algunas de las obras más destacadas que compuso para la cinematografía universal.

Bajo la batuta del director huésped italiano, Stefano Mazzoleni, el programa La música de Nino Rota para cine se llevará a cabo el viernes 7 de diciembre a las 20:00 y el domingo 9 a las 12:15 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

El público escuchará música escrita para famosas cintas dirigidas por Federico Fellini, Luchino Visconti, Franco Zeffirelli y Francis Ford Coppola, entre ellas: Casanova, Romeo y Julieta, Las noches de Cabiria, La dolce vita, Amarcord, El gatopardo, El padrino, Julieta de los espíritus, 8½ y Ensayo de orquesta.

Participará como director huésped el maestro italiano Stefano Mazzoleni, experto en la música de su coterráneo, y como director de escena Flavio Antonio Pattichio, ya que se incluirá la proyección de imágenes de los lugares donde los realizadores ambientaron sus películas, además de la participación de la soprano Penélope Luna y de los bailarines de la Compañía Nacional de Danza, Antón Joroshmanov y Elisa Ramos.

Nino Rota es referencia obligada en materia de música para cine del siglo XX. Ganó un Oscar a la mejor banda sonora por El padrino II en 1975, así como otros premios internacionales a lo largo de su carrera. Desde muy joven dio muestras de talento para la música. Su primer oratorio fue interpretado en 1923, en Milán y París, y en 1926 fue estrenada su primera ópera: Il principe porcaro.

Estudió en el Conservatorio de Santa Cecilia y, posteriormente, vivió en Estados Unidos, a principios de los años 30. A su regreso a Italia estudió literatura. Además de ser compositor de bandas sonoras para cine, fue autor de música para ópera y ballet, sacra, de cámara y sinfónica.

En los años 40 inició su acercamiento al séptimo arte, y en esa década creó más de 30 bandas sonoras y conoció a Fellini, uno de los más importantes cineastas de la historia. Juntos realizaron su primer trabajo en 1952, en la cinta El jeque blanco. Luego llegaron Las noches de Cabiria y La dolce vita, filme que incluye la mítica escena de la Fuente de Trevi con la actriz Anita Ekberg.

  

Posteriormente, Rota compuso la música para El gatopardo, de Visconti, con las actuaciones de Burt Lancaster y Claudia Cardinale, considerada una de las películas esenciales del cine europeo de la década de los 60, con “una partitura de belleza y espectacularidad sin límite”, de acuerdo con la crítica especializada.

En 1963, Rota volvió a hacer mancuerna con Fellini en , protagonizada por Marcello Mastroianni. Cinco años más tarde escribió la banda sonora de Romeo y Julieta, de William Shakespeare, en una adaptación cinematográfica de Franco Zeffirelli.

Uno de los momentos cumbres de la obra de Nino Rota fue su participación en la banda sonora de El padrino, dirigida por Francis Ford Coppola, basada en la novela homónima de Mario Puzo y considerada por muchos críticos y cinéfilos el mejor filme de todos los tiempos.

Rota falleció el 10 de abril de 1979, en Roma. Su trabajo en el mundo del cine fue bastante prolífico, con más de 150 bandas sonoras compuestas a lo largo de aproximadamente cuatro décadas.

“Nino Rota es uno de los compositores más completos del siglo XX, aun cuando se le conoce más por su obra para el cine”, ha dicho el director de orquesta italiano Stefano Mazzoleni.

“El escribió gran parte de sus obras para cine al alimón con los directores; eso le permitió describir perfectamente lo que ocurre en cada escena. Creó un color en sus composiciones, pues veía las escenas conforme se las iban platicando los directores; por eso transmite una emoción muy fuerte”, considera Mazzoleni, quien viaja por todo el mundo con este espectáculo, caracterizado por ser interpretado por orquestas y artistas de cada país que visita.

Mazzoleni ha estado al frente de numerosas orquestas en Europa, América y Asia, además de dirigir diversos festivales internacionales de música, espectáculos operísticos y teatrales.

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