La OCBA presentó Destellos de nuestro México con obras de Ponce, Bernal, Arturo Márquez, Macedonio Alcalá y Moncayo
- En la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, el público apreció también Claro de Luna, de Gina Enríquez, y el estreno de El trompito, de Eduardo Angulo
En el marco de las celebraciones por el 90 aniversario del Palacio de Bellas Artes, no podía faltar la presencia de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), uno de los grupos artísticos más importantes del Instituto, con el programa denominado Destellos de nuestro México, integrado en su totalidad por obras de compositores mexicanos.
Desde la primera obra, el público externó su alegría, la cual creció conforme avanzaba el concierto. El programa de Destellos de nuestro México destacó por obras vibrantes, alegres y que identifican y unen a los mexicanos en este mes patrio.
Claro de Luna, de Gina Enríquez (1954); Cuarteto virreinal, de Miguel Bernal Jiménez (1910-1956); el estreno en México de El trompito, de Eduardo Angulo (1954); Gavota. Intermezzo y Estrellita, de Manuel M. Ponce (1882-1948); Dios nunca muere, de Macedonio Alcalá (1827-1869), y Danzón núm. 2, de Arturo Márquez, en el 30 aniversario de su estreno, son las obras que integraron este bello y ecléctico programa, el cual concluyó con el Huapango, de José Pablo Moncayo como encore, con el público aplaudiendo de pie.
Hace más de 60 años surgió la OCBA, agrupación musical mexicana que ha dedicado sus esfuerzos a difundir y explorar la música orquestal de cámara. En sus orígenes fue llamada Yolopatli —vocablo náhuatl que significa “cura para el corazón”— y se formó con discípulos sobresalientes de las cátedras impartidas por los maestros Imre Hartmann y Joseph Smilovitz en el Conservatorio Nacional de Música del Inbal.
Sus directores artísticos han sido: Hermilo Novelo, José Guadalupe Flores, Manuel de Elías, Ildefonso Cedillo, Francisco Savín, Luis Samuel Saloma, Enrique Barrios, Juan Trigos, Jesús Medina, José Luis Castillo, Ludwig Carrasco y actualmente Luis Manuel Sánchez Rivas, quienes la han posicionado en un lugar de privilegio en el panorama de la cultura y las artes mexicanas.
En tiempos recientes la OCBA ha comenzado a programar en sus temporadas óperas de cámara, como Philemon y Baucis y La isla desierta, de Joseph Haydn; Don Gil de Alcalá, de Manuel Penella; La inocente fingida y La jardinera fingida, de Wolfgang Amadeus Mozart.
Cuenta con dos grabaciones: tres estrenos mundiales de obras para arpa acompañando al arpista mexicano Baltazar Juárez y como parte de la celebración por su 60 aniversario, en 2016, grabó el disco Verso. Música mexicana para cuerdas, que incluye obras de compositores mexicanos inspiradas en la literatura poética.
Ha tenido presentaciones en Alemania, Brasil, Estados Unidos, Portugal y Costa Rica, así como en los estados de la República mexicana, además, su compromiso didáctico y social permiten a la OCBA ser considerada un referente musical en el ámbito artístico de nuestro país.