DANZA

Raúl Tamez, ganador del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga

Boletín No. 1217 - 12 de septiembre de 2016

Ciudad de México, 12 de septiembre de 2016

Boletín núm. 1217

Raúl Tamez, ganador del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga

  • Por El mágico teatro de la muerte, una “obra redonda, con buena estructura, excelente ejecución, lenguaje claro, un trabajo limpio y un buen uso del espacio”
  • Se reconoció también a Patricia Marín como Mejor Intérprete Femenina y a Geovanni Adrián Pérez Ortega como Mejor Intérprete Masculino 
  • El jurado otorgó una mención especial a Ítaca-equis y no X, de Laura Vera

En el marco de la clausura del tercer Encuentro Nacional de Danza y ante una propuesta nutrida de calidad y diversidad coreográfica, se dio a conocer al ganador del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, XXXV Concurso de Creación Coreográfica Contemporánea, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La final se llevó a cabo en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, ante la presencia de Cuauhtémoc Nájera, coordinador nacional de Danza, autoridades de la UAM y el jurado, integrado por Isabel Beteta, Laura Rocha, Lourdes Luna y Nora Manneck.

Los coreógrafos Laura Vera, José Ortiz, Erika Méndez, Raúl Tamez, Henry Torres y Rodrigo Angoitia, se disputaron la presea que durante más de tres décadas se ha consolidado como la más importante de su tipo en el país.

Después de cuatro horas de resolución, el jurado decidió otorgar el premio a El mágico teatro de la muerte, pieza de Raúl Tamez, acreedora a un reconocimiento y un estímulo económico de 200 mil pesos, por ser “una obra redonda, con buena estructura, excelente ejecución, lenguaje claro, un trabajo limpio y un buen uso del espacio”.

El ganador refirió: “Aprecio la labor del jurado que apoyó a propuestas jóvenes, considero que la danza nacional se está transformando y que las generaciones pasadas construyeron las instituciones y mecanismos que nos permiten a los jóvenes trabajar. No me siento merecedor de este premio en un nivel objetivo porque siempre hay criterios que permean, pero sí me siento merecedor de este galardón a nivel de trabajo, lo único que nos respalda es el trabajo y la honestidad diaria, en un acto de contrición cotidiano que nos empuja a defender el trabajo del cuerpo, lo único que nos queda a todos los hacedores de arte es luchar con eso que nos identifica”.

El joven coreógrafo agregó que “ha sido un respaldo de años, que tiene que ver con mi carrera como intérprete, en primer lugar, también con vivencias personales que no hacen más que reflejarse en la escena. Intenté manejarme desde un lugar muy honesto, desde un estilo personal y creo que eso funcionó. Como dije, creo que la danza nacional se tiene que transformar, creo que tenemos que hacer una gran labor, quizá de denuncia, por ejemplo, entender que debemos que tener una identidad de movimiento, abandonar los eurocentrismos, espero poder cargar con esa responsabilidad, no solamente es ganar un premio sino qué harás con él”.

El jurado otorgó una mención especial a la coreografía Ítaca-equis y no X, de Laura Vera, por el trabajo de investigación, la originalidad y la capacidad de crear ambientes.

También se premió a la Mejor Intérprete Femenina, distinción otorgada a Patricia Marín; Mejor Intérprete Masculino a Geovanni Adrián Pérez Ortega, ambos reconocidos por su alto nivel técnico y amplio registro corporal; Mejor Iluminación a Hugo Heredia, por la creación de atmosferas que permiten apoyar emotivamente la construcción dramática de la obra; y Mejor Música Original a Pablo Flores, por la manera en que refuerza la coreografía.

Laura Rocha, quien formó parte del jurado, indicó: “Esta es una muestra de lo que es la danza en México, esa versatilidad, esa diversidad, me parece que tenemos un buen nivel sobre todo de intérpretes. Me dio gusto ver a muchos coreógrafos jóvenes, ver las propuestas, la búsqueda, que se arriesgan, uno aprende de eso, de ese sentido de aventarse al vacío y decir ‘aquí estamos’, de todos estos jóvenes que creen en esta profesión”.

Sobre los ganadores apuntó, “me da mucho gusto ver estas obras, por la investigación de una, por la factura de la otra, porque se ve honestidad en cada uno de los trabajos que presentaron, creo que ese es un mérito muy importante, ver a cada uno de los creadores manifestarse a través de sus obras”.

Por su parte, Isabel Beteta, dijo: “Yo creo que el premio se recuperó en términos de público, en términos de variedad, de propuestas, de entusiasmo inclusive, creo que ha sido un muy buen premio, costó mucho trabajo decidir, precisamente por esta variedad, ha sido una experiencia muy enriquecedora”.

Ahondó sobre la dificultad de elegir al ganador por la diversidad de propuestas y estilos, aunque los criterios capitales fueron mejor factura, investigación de movimiento y originalidad.

Sobre el momento que vive la creación coreográfica en el país refirió que “entró en una etapa de más búsqueda y menos moda” ya que se pueden ver propuestas con una exploración franca y profunda del movimiento. Este premio, señaló, da “un panorama de la danza contemporánea actual, es como el termómetro y el escaparate de lo que está sucediendo”.  

En esta edición participaron creadores de ocho entidades del país con 20 propuestas coreográficas seleccionadas previamente de entre 80 coreografías que se registraron en total, propuestas con temas diversos y estilos dancísticos heterogéneos.

Es así como el Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga se consolida como un espacio que busca fomentar y difundir la creación coreográfica y nuevas propuestas dancísticas en la escena nacional.

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