MÚSICA

Angèle Dubeau y el ensamble La Pietà ofrecieron un concierto en el Conservatorio Nacional de Música

Boletín No. 216 - 28 de febrero de 2018
  • Con el apoyo de la Embajada de Canadá y la Delegación General de Québec en México

“Utilizaré mi música como lenguaje universal para comunicarme con ustedes”, dijo la violinista Angèle Dubeau, quien ofreció un concierto en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música (CNM), acompañada del Ensamble La Pietà.

Sergio Rommel Alfonso Guzmán, subdirector general de Educación e Investigación Artísticas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), señaló que siguiendo los objetivos del INBA, se ha buscado aprovechar las visitas de renombrados artistas a nuestro país para que tengan resonancia en otros recintos, particularmente en las escuelas profesionales.

“Es importante que nuestros estudiantes de música, que es un público especializado, tengan la oportunidad de presenciar un concierto de altísimo nivel con una de las violinistas más reconocidas del continente”, afirmó Sergio Rommel.

Destacó la generosidad de los artistas extranjeros para presentarse ante estudiantes mexicanos, como fue el caso de Midori Goto, violinista estadounidense de origen japonés. Esto tiene que ver con el prestigio que tiene el Conservatorio, la escuela de música más antigua en toda América Latina, con 152 años de antigüedad, de la que han egresado artistas como Plácido Domingo, entre otros.

Por su parte, David Rodríguez de la Peña, director del CNM, comentó que esta es la primera actividad artística internacional que se celebra en 2018 en este recinto. Agradeció a nombre de la Secretaría de Cultura, del Instituto Nacional de Bellas Artes y del Conservatorio Nacional de Música a la Embajada de Canadá y a la Delegación General de Québec en México por haber hecho posible este concierto.

Se trata, comentó, de una violinista virtuosa que se ha destacado por la búsqueda de programas que acerquen al público a la música de concierto. Sus obras discográficas se han reproducido más de 35 millones de veces en más de 100 países.

Después de interpretar la primera obra, Danza macabra de Camille Saint-Saëns, Angèle Dubeau se dirigió a los estudiantes de música y les mencionó que, si no les gustaba viajar, no debían ser músicos. “Estar de tour es estar siempre moviéndose, conocer personas es maravilloso; honestamente es la mejor vida que pueden escoger”, aseguró la violinista.

Indicó que ha estado de gira por más de 40 años, por lo que cuenta con un repertorio de diferentes compositores, estilos y periodos. “Para esta presentación todas las piezas las escogí yo, por supuesto, y las elegí porque dejaron una huella en mí durante esos años”.

Aseveró que hay compositores en diversas partes del mundo que le han dedicado obras, lo que representa un privilegio. Recordó que en su casa siempre había música. Ella quería tocar el chelo, pero su mamá le dijo que era un instrumento muy grande para una niña pequeña, por lo que ella le pidió un chelo baby.

A los 15 años de edad obtuvo su primer premio porque trabajó muy duro y a partir de entonces empezó con su carrera internacional. En 1997 formó La Pietà, conjunto de cuerdas femenino, nombrado así por el Ospedale della Pietà que fue un hospicio y orfanato en Venecia, donde Vivaldi dio clases de violín y canto (de 1703 a 1715 y de 1723 a 1740) a las niñas abandonadas y huérfanas que allí vivían.

El concierto finalizó con Experience de Ludovico Einaudi, una de las piezas favoritas de la violinista. Los aplausos y ovaciones no cesaban por lo que, aunque la violinista y su ensamble ya se habían retirado, regresaron al escenario para interpretar un encore.

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