ARTES VISUALES

Orozco y los Teules, 1947 llegará al Conarte de Nuevo León

Boletín No. 313 - 20 de marzo de 2018
  • La exposición presentada en el Museo de Arte Carrillo Gil y en el Instituto Cultural Cabañas ha sido visitada por más de 46 mil visitantes
  • Se integran a la muestra cuatro piezas del INBA bajo resguardo del Instituto Cultural Cabañas
  • Será inaugurada el 21 de marzo a las 20:00 y permanecerá ahí hasta el próximo 17 de junio

El Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte) albergará la exposición del Museo de Arte Carrillo Gil, Orozco y los Teules, 1947, después de su estancia el año pasado en el recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y en el Instituto Cultural Cabañas. La muestra que ha sido admirada por más de 46 mil visitantes será inaugurada el 21 de marzo a las 20:00 y permanecerá en exhibición hasta el próximo 17 de junio de 2018.

Bajo la curaduría de Dafne Cruz Porchini, a la muestra se le añaden cuatro piezas pertenecientes al INBA bajo resguardo del Instituto Cultural Cabañas: Mano (1947), Cabeza de guerreros indígenas (1932-34), Máscara (1949) y Máscara (1948).

Inspirado en la crónica Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, José Clemente Orozco realizó en 1947 una serie de 60 obras, entre pinturas y dibujos, donde puso en evidencia el enfrentamiento entre españoles e indígenas. Realizada bajo el encargo exprofeso de El Colegio Nacional, del cual fue miembro fundador, la serie llevó el nombre Los Teules.

En la crónica de Díaz del Castillo, el término teules tuvo la acepción de demonios o dioses malignos, por ello los indígenas lo relacionaron directamente con los conquistadores. En el imaginario mexica la presencia de los teules significó, como lo indicaba la profecía, la caída de Tenochtitlán.

“El enfrentamiento bélico entre indígenas y españoles fue concebido por Orozco como una manifestación exacerbada de violencia ejercida de igual manera por ambos grupos.

“El historiador y crítico de arte Justino Fernández –amigo cercano del pintor— celebró esta serie, no únicamente por la visión desmitificadora de la historia de México que había concebido Orozco, sino también por sus implicaciones técnicas y formales. Los grandes formatos y el uso de piroxilina resaltan los empastes y los grandes contrastes de color”, explicó Vania Rojas, directora del Museo de Arte Carrillo Gil.

El artista recreó fielmente el salvajismo de los españoles, así como actos de antropofagia desencadenados por los trágicos enfrentamientos. La pintura de Orozco impacta al espectador por la gestualidad y la fuerza que imprimió en cada una de las figuras que representó. A lo largo de toda la serie se puede apreciar, desde la perspectiva del pintor, imágenes de la conquista como si la hubiera presenciado; en ellas se observan ríos de sangre, matanzas, sacrificios, heridos, cadáveres y fragmentos humanos.

Orozco y los Teules, 1947 pretende continuar con el análisis, estudio y difusión del acervo del Museo de Arte Carrillo Gil, así como crear un diálogo con otras obras de la misma serie que se resguardan en diversos museos del INBA.

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