Primer Acto: La plaza de la villa

La acción gira alrededor de Coppélia, la hermosa y enigmática hija del Doctor Coppelius. Swanilda sospecha que su prometido Franz guarda un amor secreto por Coppelia. El burgomaestre anuncia que al día siguiente distribuirá dotes a las parejas con compromiso matrimonial y pregunta a Swanilda si se casará con Franz. La caprichosa Swanilda acerca una espiga de trigo a su oído. De esa manera, y de acuerdo con una antigua costumbre, el grano le dirá si su relación tendrá éxito. Por desgracias, según ella, solo hay silencio. Swanilda, celosa, rompe su compromiso con Franz.

La noche cae y la multitud se dispersa. Cuando Coppelius sale de casa es atacado por un grupo de jóvenes y pierde su llave. Swanilda encuentra la llave y entra a la misteriosa casa con sus amigas. Cuando Franz también pretende entrar, Coppelius regresa inesperadamente.

Segundo Acto: El taller del Dr. Coppelius

Las jóvenes, sobreponiéndose a su timidez inicial, de manera audaz recorren la casa. Swanilda descubre que Coppelia es una muñeca mecánica. Repentinamente aparece el Doctor Coppelius y echa a las intrusas, excepto a Swanilda que, oculta tras una cortina, toma el lugar de Coppélia. Aparece Franz, y Coppelius le hace beber una opción para intentar tomar la fuerza vital del joven y transferirla a la muñeca. El Doctor cree que su magia funciona cuando ve al juguete adquirir vida frente a sus ojos y después queda perplejo, al descubrir el engaño. Swanilda abandonando la simulación, corre la cortina y revela a Frank la verdadera naturaleza de Coppelia.

Tercer Acto: La plaza de la villa

Franz y Swanilda, reconciliados, se aproximan al burgomaestre, para obtener su dote. Ella desea entregarla a Coppelius a modo de compensación por el mal rato que le hicieron pasar. El burgomaestre rechaza la idea y, a cambio, ofrece un sueldo al Doctor Coppelius. Finalmente, los habitantes de la villa se reúnen en una alegre danza para celebrar la boda.

Estreno con la CND: 28 de septiembre de 1989

Coreografía: Enrique Martínez

Adaptación coreográfica de la Compañía Nacional de Danza

Música: Léo Delibes

Escenografía y vestuario: Eugenio Servín

Diseño de iluminación: Compañía Nacional de Danza

Orquesta del Teatro de Bellas Artes

Director concertador: Luis Manuel Sánchez