El Concierto para piano y orquesta n.º 3 en do menor, Op. 37,de Ludwig van Beethoven marca un momento clave en el desarrollo de sus cinco conciertos para el instrumento, en tanto que el compositor dejó atrás un primer estilo concertante que debía mucho a Mozart para dar un primer paso sólido hacia un estilo beethoveniano más maduro y más reconocible como suyo. 

Este concierto fue estrenado en Viena el 5 de abril de 1803 con el compositor como solista. 

El Stabat Mater nació como un poema devocional, escrito en latín medieval, que describe la vigilia de la Virgen María ante la cruz.

En 1831, Gioacchino Rossini visitó Madrid, donde conoció a Manuel Fernández Varela, personaje muy influyente en la política y las artes de su tiempo, quien le encargó la creación de un Stabat Mater. El estreno en París de esta obra en 1842 tuvo tal éxito, que se repitió catorce veces ese mismo año, pese a que algunos críticos señalaran que desplegaba un exceso de teatralidad que no coincidía con el sentido místico del texto original de Jacopone da Todi.

Este concierto se grabó en el Palacio de Bellas Artes el 1 de septiembre de 2017 bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto, director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional, con la participación de la pianista estadounidense Anne-Marie McDermott y Solistas Ensamble de Bellas Artes.