Obras y documentos de diversos géneros, técnicas y periodos, se conjuntan en el montaje de Constelaciones de la memoria con el fin de que el espectador tenga a la vista ejemplos de las distintas narrativas, contradictorias o complementarias, canónicas o alternativas, basadas en testimonios fehacientes o libradas al influjo de las leyendas, de que se ha nutrido nuestra comprensión transgeneracional del periodo de la Conquista.

Nuestra memoria histórica alberga relatos y figuraciones de la Conquista que fueron realizados desde distintas perspectivas y en función de diversos intereses. En un tratamiento que busca reconocer el valor documental de las obras artísticas y la potencialidad imaginativa de los documentos, Constelaciones de la memoria pone su punto de atención no tanto en la confirmación o desmentido de la veracidad de los relatos históricos sino en la constatación de cómo éstos han sido materia de continuas reinterpretaciones por cuenta de creadores de todas las disciplinas.

Los recuerdos, evocaciones y reconstrucciones de la Conquista se articulan en constelaciones que están en permanente movimiento. En esos dinámicos arreglos inciden lo mismo la doxa cívica y educativa, el ánimo mitológico de la cultura popular y la fabulación mediática, que las aportaciones de los estudiosos y creadores inconformes con la reiteración de lo consabido. En ese sentido, Constelaciones de la memoria se hace eco de las investigaciones que en recientes décadas han cuestionado las versiones simplificadoras de la Conquista. Aquello que suele describirse como hazaña épica de un grupo de aventureros españoles en quienes encarnaba la superioridad tecnológica y cultural del Occidente cristiano y capitalista, debe entenderse como parte de procesos y contextos en los que influyeron múltiples factores. Episodios tan relevantes como la Caída de México-Tenochtitlan son dignos de conmemoración, pero igualmente del enriquecimiento, actualización y crítica de los conocimientos que tenemos sobre ellos.