Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, una puesta en escena tan cruda y vigente después de 100 años
- Dirigida por Enrique Singer, la Compañía Nacional de Teatro del INBA presentará la obra hasta el 12 de agosto
- En el Teatro Julio Castillo: jueves y viernes a las 20:00; sábados, 19:00, y domingos a las 18:00 horas
A diferencia de la original, la versión de David Gaitán la obra teatral Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, es tan cruda y directa en sus afirmaciones que provoca la autorreflexión.
Tal fue la impresión de algunos asistentes que acudieron a la primera función de esta obra producida por la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, dirigida por Enrique Singer y que se presentará hasta el 12 de agosto en el Centro Cultural del Bosque los jueves y viernes a las 20:00 horas; sábados, 19:00, y domingos a las 18:00 horas.
Al entrar al Teatro Julio Castillo lo primero que llama la atención es la escenografía, diseñada por Alejandro Luna; de antemano se sabe que va a haber un gran espectáculo. Debajo de algunas butacas se encuentran unas pistolas de burbujas que serán utilizadas por el público para desaprobar el lenguaje y las ideas del protagonista Thomas Stockman. El público cae en la trampa y sabe que en el fondo su modo de pensar es similar y lo único que hace es criticarse a sí mismo.
Palabras como misoginia, libertad de pensamiento, lo correcto, el periodismo libre y otros conceptos pierden todo significado en esta versión de David Gaitán, quien desafía al público a tener una mentalidad diferente.
Todo comienza cuando el doctor del pueblo, un hombre que pocos quieren, a pesar de su inteligencia, trata de informar al pueblo que el balneario recién construido, el cual ha traído prosperidad económica a todos, contiene aguas tóxicas.
Tanto el alcalde, que es su hermano, como el dueño del único periódico, se niegan a informar a la gente que su vida corre peligro. No quieren que se entere por cuestiones políticas y para prevenir el caos, con el fin de actuar por el bien común, como sucede en el siglo XXI
El argumento teatral de Ibsen (1828-1906), y en este caso de David Gaitán, saca a relucir varios temas que hasta la fecha no han perdido vigencia: La realidad es la que se interpreta.
Herman Hesse dijo de Ibsen: “No es siempre una alegría leerlo, pero tampoco fue siempre para él una alegría escribir, y a menudo lo hizo con sufrimientos que ocultaba detrás de la correcta superficie de su vida y también de muchas de sus cartas. Su rigor estaba dirigido sobre todo contra sí mismo. Sólo cuando reconocemos eso del todo conocemos a Ibsen”.
Como otras obras de Ibsen, Un enemigo del pueblo (estrenada el 13 de enero de 1883 en Noruega, Oslo), aunque se monté en el siglo XXII, no perderá vigencia.
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