ARTES VISUALES

Vigencia, funcionalidad y dignidad, conceptos clave en Pedro Ramírez Vázquez

Boletín No. 1496 - 20 de octubre de 2018

·        Era el indicado para ofrecer una visión de país capaz de enfrentar compromisos, dijo Ramírez Campuzano  

·      La conferencia Ramírez Vázquez, visionario del México moderno se realizará el 22 de octubre en el Palacio de Bellas Artes

El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez tenía 49 años cuando lo invitaron a dirigir el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos México 1968. “El presidente Gustavo Díaz Ordaz sabía de su capacidad y vio en él a una persona que era sumamente organizada y era el arquitecto indicado para ofrecer una visión de México como país moderno y capaz de enfrentar un compromiso como los Juegos Olímpicos”, afirmó Javier Ramírez Campuzano.

La capacidad de organización de Pedro Ramírez Vázquez es tan sólo uno de los temas que se abordarán en la conferencia "Ramírez Vázquez, visionario del México moderno", la cual se realizará el lunes 22 de octubre a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la participación del arquitecto Javier Ramírez Campuzano y moderada por Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

En entrevista, señaló que antes de las olimpiadas de 1968, “Pedro Ramírez Vázquez había construido entre 1958 y 1964 muchas más escuelas de las que se habían hecho en México en los 10 años anteriores”, dijo Ramírez Campuzano, quien sustenta su comentario al referir que construyó en siete meses el Museo del Caracol, en 10 meses el Museo de Arte Moderno y en 19 meses el Museo Nacional de Antropología e Historia. 

“Era un hombre que sabía organizar proyectos y llevarlos a cabo de manera eficaz y en muy buenos tiempos. Además, siempre se rodeó de gente talentosa. Digamos que tenía el talento de dirigir a otros talentos.

 “No vamos a comentar obras en específico, porque resulta agotador y monótono, ya que hay obras que por su naturaleza requerirían de una conferencia entera. Hablar de la Basílica de Guadalupe o del Estadio Azteca, por ejemplo, sería interminable y además ya se ha dicho mucho sobre ellas y la gente las conoce bien”, explicó.

“En la conferencia -la cual es organizada por la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble (DACPAI)- vamos a hablar de lo que no encuentras hoy en Internet”, aseguró el hijo de Ramírez Vázquez y añadió: “Detrás de cada obra de mi padre hay tres conceptos fundamentales: vigencia, funcionalidad y dignidad.”

Ramírez Campuzano explicó: “Piensen en el Museo Nacional de Antropología e Historia, que es un espacio construido a la altura de la dignidad que representa nuestra cultura. También es un espacio funcional y es una obra que se mantiene vigente en la vida diaria de nuestra ciudad.”

Para Ramírez Campuzano esos tres conceptos no son simples ideas, sino toda una ideología en materia arquitectónica. De lo que voy a hablar en mi ponencia –agregó–, y sobre todo si hay jóvenes, es sobre los factores que determinan una obra y con qué ideología se tiene que trabajar.” 

Recordó que su padre siempre trabajó con base en las necesidades del país y de la sociedad a la que se va a servir. “Voy a mostrar imágenes que reflejan la manera de pensar de un arquitecto, del proceso creativo e ideológico que hay detrás de una obra.”

Javier Ramírez, quien tras concluir la carrera de arquitectura en la Universidad Anáhuac se incorporó al despacho de su padre, puntualizó: “Cuando hablamos de la palabra visionario es porque mi padre tuvo una manera de pensar avanzada a su tiempo, con ideas que incluso en su momento pudieron parecer absurdas, pero que con el paso de los años resultó que eran obras adelantadas.

En este sentido, mencionó que la primera azotea verde en 1960 fue la del Museo del Caracol. “Los famosos muros verdes los hizo para el Pabellón de México en Sevilla en 1992 y ahora están de moda. Analizar estas obras y los procesos en los que fueron creadas será el sentido de la conferencia.”

Pedro Ramírez Vázquez, compartió su hijo, “definía la arquitectura como una disciplina de servicio y por lo tanto tenía una clara vocación social. Él no creía en la arquitectura de autor. Es importante mencionar que tuvo la influencia de sus hermanos, abogados laboristas.

“No es casualidad que la arquitectura de Pedro Ramírez Vázquez tenga una marcada vocación social, siempre enfocada a la funcionalidad y la dignidad de las obras. Proyectaba los espacios con base en la escala de la dignidad humana, desde los espacios íntimos, como son las casas, hasta los edificios. Siempre supo orientar el ejercicio profesional a mejorar la escala y la dignidad de vida de los mexicanos.”

La arquitecta Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes, explicó que la conferencia Ramírez Vázquez, visionario del México moderno se organiza en el marco de la exposición que actualmente se muestra en el Museo Nacional de Arquitectura del INBA sobre el legado arquitectónico de los Juegos Olímpicos México 1968.”

“Es importante que sea precisamente el hijo de Pedro Ramírez Vázquez quien nos hable de la visión que tuvo su padre como arquitecto y urbanista, y sobre todo que nos hable de esa vocación social en la obra de este gran arquitecto mexicano”, agregó.

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