ÓPERA

El Conservatorio Nacional de Música presentó la ópera Aura, en el marco del 90 aniversario del natalicio de Carlos Fuentes

Boletín No. 1635 - 10 de noviembre de 2018
  • Silvia Lemus, acompañada de Lidia Camacho, presenció el montaje musicalizado por Mario Lavista
  •  Participaron la Orquesta Filarmónica de la Secretaría de Marina y estudiantes del INBA

Con gran éxito se llevó a cabo este sábado la presentación de la ópera Aura, de Mario Lavista, basada en la novela homónima de Carlos Fuentes en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música.

La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, y Silvia Lemus, viuda del escritor, asistieron a tan majestuoso montaje que se presentó en el marco del 90 aniversario del natalicio del autor de La región más transparenteLa muerte de Artemio CruzTerra NostraLa cabeza de la hidra y Gringo Viejo, entre otras

Germán Tort tuvo un papel destacado en la dirección musical y la Orquesta Filarmónica de la Secretaría de Marina-Armada de México efectuó una labor titánica al apegarse a la partitura de Mario Lavista, cuyo libreto fue escrito por Juan Tovar.

No menos intensas fueron las voces protagónicas de Hilda Lizeth Cubero y Diana Jael Mata, como Aura; Libertad Romero y Smirna Salinas, en el papel de Consuelo; José Antonio Montáñez González y Noé Moreno, como Felipe, y Héctor Cisneros y Diego Miranda como Llorente.

Algo que llamó la atención del público fue la escenografía realizada por los alumnos de la generación 2014-2018 de la licenciatura en esta materia de la Escuela Nacional de Arte Teatral y los estudiantes del Taller de Ópera del Conservatorio Nacional.

La atmósfera que transmitía la escenografía era fantasmagórica, justamente como sucede cuando uno lee la obra Aura, de Carlos Fuentes.

La casa en la que transcurre toda la acción es agobiante, estrujante, debido a que es un lugar lleno de recuerdos y… fantasmas.

Similar a las películas en blanco y negro de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, en la ópera Aura las situaciones suceden en slow motion, como si el tiempo no existiera o como si estuviera en otra dimensión. El amor trasciende épocas y hace que el tiempo se bifurque.

Los hombres son como los dioses, viven y mueren en el pecho de las mujeres, dice una voz que parece sacada de ultratumba.

Para gozar en toda su amplitud la ópera Aura es necesario leer la obra homónima de Carlos Fuentes. Ambas serán experiencias enriquecedoras y estimulantes.

La ENAT se encargó de la producción, vestuario, escenografía; Luis Escárcega, egresado de la maestría en dirección escénica, dirigió la obra en la parte escénica, y Germán Tort en la parte musical.