La música, parte fundamental del árbol genealógico del violinista José Manuel del Águila

• Asistimos a ensayos, de lunes a jueves, y a los conciertos los jueves y domingos, dice el principal adjunto de Violines Segundos de la OCBA

• La agrupación del INBA ofrece conciertos para diversos públicos en hospitales, reclusorios, escuelas, universidades y otros sitios

La preparación de un músico es constante, de todos los días. Entre ensayos y conciertos, clases y cursos, además de una intensa vida cotidiana en familia transcurre la vida de un artista profesional, siempre con el afán de estar preparado para ofrecer lo mejor de uno mismo al público, que es, a final de cuentas, el motivo de nuestro esfuerzo.

Así lo asegura el maestro José Manuel del Águila Cortés, principal adjunto de la sección de Violines Segundos en la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), quien además pertenece a una familia en la que las artes, en especial la música, ha sido parte fundamental de su árbol genealógico.

José Manuel del Águila es hijo de José del Águila Fernández, quien fuera pianista de la OCBA y de la OFUNAM, y hermano de Claudia (cantante), Juan Carlos (percusionista) y Mónica (chelista), todos ellos egresados del Conservatorio Nacional de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

En las temporadas regulares de la OCBA, dice, trabajamos dos semanas diarias de lectura previa de las obras a interpretar y posteriormente asistimos a ensayos, de lunes a jueves, y a los conciertos los jueves y domingos.

Es una jornada intensa de más de 12 horas de trabajo, ya que además de las temporadas regulares, la agrupación del INBA ofrece conciertos para diversos públicos en hospitales, reclusorios, escuelas, universidades y otros sitios, como parte del compromiso social que tiene la institución.

Si el público del Palacio de Bellas Artes y del Conservatorio Nacional de Música, sedes de la OCBA, son exigentes, la preparación para los otros centros quizá es más rigurosa, precisamente por el tipo de público: debe uno ser más sensible, más atento, más profesional, para captar y mantener la atención de los escuchas y las reacciones son intensas y muy emotivas, asegura el violinista.

En un día de trabajo, cada músico de la OCBA lleva preparado su material. Los ensayos son para acoplarse todos y bajo las directrices del director titular o invitado. Nuestros conciertos son los jueves por la noche y los domingos al mediodía, comenta.

Pero en muchos casos, el artista debe organizar su tiempo porque, como en mi caso –agrega- doy clases todos los días y formo parte de otra orquesta universitaria, cuyos ensayos son en las tardes, comenta José Manuel del Águila, quien resalta que además toma cursos de actualización de manera permanente.

Durante el año, explica el violinista, la OCBA realiza tres temporadas regulares y otras tantas que denominan La OCBA contigo en la que visitan diferentes públicos, además de sus clases, cursos y actividades con la Orquesta de Cámara de la Escuela Nacional Preparatoria.

Sin embargo, la preparación en periodos vacacionales continúa, como en este mes de diciembre en el que ha sido invitado a ofrecer conciertos navideños con diversas agrupaciones que se reúnen cada determinado tiempo, además de conciertos con agrupaciones religiosas.

La convivencia con su familia, los paseos a la playa cada año, el escuchar música y la práctica del tenis para mantenerse en forma, son parte de mi vida cotidiana, dice el violinista, porque el deporte ayuda a mantenerse en forma y hacer frente a sus responsabilidades.

Trato de tocar el violín todos los días y con mis clases me mantengo activo y profundizando en determinados temas, y haciendo contactos para participar en grabaciones con artistas de diferentes géneros. “Para mí es un enorme privilegio trabajar dentro de la música para contribuir de alguna manera con el desarrollo de nuestro país”, concluye Del Águila, quien afirma que las actividades de la OCBA se reanudarán en la tercera semana del mes de enero de 2019.

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