ARTES VISUALES

Se rememoró al arquitecto Rafael López Rangel en el Palacio de Bellas Artes

Boletín No. 167 - 07 de febrero de 2019
  • Familiares, amigos, colegas y discípulos se reunieron en la Sala Manuel M. Ponce para recordarlo a un año de su fallecimiento

Emotivo homenaje al arquitecto Rafael López Rangel se vivió en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes la noche del 6 de febrero, cuando familiares, amigos, colegas y comunidad estudiantil de varias instituciones se reunieron para recordarlo a un año de su fallecimiento.

Rafael López Rangel. Trayectoria y memoria fue el nombre de la mesa de reflexión organizada por la Subdirección General de Patrimonio Artístico Inmueble, así como la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, ambas dependencias del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Moderados por Dolores Martínez Orralde, subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble, los ponentes Carlos González Lobo, Francisco Vélez Pliego, Ricardo Tena Núñez, Francisco Platas y José Luis Lee Nájera rememoraron al arquitecto cuyas aportaciones teóricas e historiográficas quedaron plasmadas en diversos libros de su autoría.

Vélez Pliego recordó el momento en que López Rangel llegó a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) mientras atravesaba momentos difíciles, debates ideológicos y académicos. Destacó su participación en la revisión de planes y programas de estudio de la licenciatura en Arquitectura y de diversos posgrados, así como sus aportaciones en el campo del urbanismo de la época.

Mientras tanto, Tena Núñez habló sobre las teorías que desarrolló y las críticas que realizó. Señaló que es uno de los mayores teóricos latinoamericanos en materia de arquitectura y urbanismo.

Francisco Platas se sumó a los comentarios vertidos por sus antecesores y calificó a López Rangel como uno de los más importantes teóricos del urbanismo arquitectónico. Comentó que él lo conoció en este siglo y se siente muy contento de que haya una nueva generación de jóvenes que lo conocerán por medio del testimonio escrito, cuya obra abarca 50 años de producción.

Recordó que como profesor siempre fue generoso, interactuaba con sus alumnos y tenía una gran capacidad de trabajo. El mejor regalo es leer al homenajeado, hay que releer al maestro, finalizó.

Durante su intervención, José Luis Lee dijo que la obra de López Rangel es referente importante para quienes quieren saber sobre arquitectura desde la perspectiva latinoamericana. Su preocupación siempre fue transformar la realidad desde la posición marxista que mantuvo toda su vida.

Para finalizar, González Lobo habló de su compañero, un joven igual que él en 1964, quien era un monstruo teórico que cuestionaba todas las teorías conocidas y hacía dudar a sus contemporáneos. “El primer papel de Rafael es de un corrosivo sulfúrico, ponía en duda y ofrecía perspectivas discutibles.

“Rafael dedicó sus últimos trabajos a imaginar cómo la sociedad organizada puede tomar en sus manos la configuración del espacio público para habitar en un territorio de belleza”.

A nombre de la familia, Varinia López, hija del arquitecto, agradeció por el homenaje a su padre en el Palacio de Bellas Artes, lugar que significaba mucho para él. Recordó que, de niños, la llevaba junto a sus hermanos a la parte posterior del recinto y le preocupaba mucho el hundimiento que registraba.

Aseguró que era un hombre muy sensible que compartía sus enseñanzas en cualquier espacio que se encontrara, era incansable para trabajar y le gustaba leer. “La figura que tengo de él es con algunos de los presentes, siempre con una libreta, siempre leyendo el periódico, ciencia ficción; le encantaba el cine y también escribió poesía”.

Uno de sus retos fue siempre seguir aprendiendo. Admiró a muchos de los aquí presentes, de quienes decía le dejaron grandes legados, afirmó la también arquitecta quien al finalizar agradeció el emotivo homenaje y el espacio que tanto significó en la vida de su padre.

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