LITERATURA

Para que no se olvide: Teresa Proenza (1908-1989), libro revelador sobre la vida de una activista, agente y espía cubana

Boletín No. 192 - 11 de febrero de 2019
  • El historiador Xavier Guzmán Urbiola lo presentará el 14 de febrero en la Sala Adamo Boari a las 19:00 horas

Entre anécdotas, relatos, sucesos e información revelada hasta ahora, Xavier Guzmán Urbiola se adentra en la enigmática vida de Teresa Proenza, en un volumen lleno de sorpresas y que el historiador desempolva para conocer con más detalle la vida de la activista cubana.

Para que no se olvide: Teresa Proenza (1908-1989). Una espía cubana en la política, la cultura y el arte de México es el título del libro que el doctor Guzmán Urbiola presentará el 14 de febrero, a las 19:00 horas, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

“Lo escribí desde el afecto, no me interesa enjuiciar a nadie, lo hago como historiador”, indicó Guzmán Urbiola, quien conoció a Proenza y entabló una amistad con ella durante varios años.

Al platicar sobre la vida de Teresa Proenza explica una serie de situaciones; su compromiso como militante, su reflexión después del deshielo tras la muerte de Stalin y la autocrítica que ejerció sobre sí misma.

Nadie había reunido esta información, el libro está hecho con fuentes de primera mano, como el archivo de la propia Proenza, que se encuentra resguardado en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), así como de su expediente en la Dirección Federal de Seguridad (DFS).

El 80 por ciento de lo que se menciona es desconocido, mucha gente que tuvo acceso a los manuscritos, y ahora al libro, se queda asombrada de la cantidad de episodios y hechos que contiene. Está lleno de sorpresas, afirmó Guzmán Urbiola.

Teresa Proenza nació en Cuba en 1908 y murió en 1989 en México; su trayectoria abarca casi completo el siglo XX. “Traté de hacer la historia de una militante comunista típica, con todos sus compromisos, sueños, desencantos, autocrítica y cambios de enfoques”.

Le toca vivir situaciones muy singulares del siglo XX y trata a personas destacadas. Sale de Cuba por un bombazo en su casa, por la militancia comunista de sus hermanos.

Corría el año 1932, los hijos varones huyen a Colombia, y los padres envían a su hermana Caridad a Guatemala, mientras que a Teresa y Juana Luisa a Honduras.

En 1933, Teresa llega exiliada a México. Es el fin del maximato y principio del cardenismo. Se involucra en diversos movimientos, es activista y corresponsal en la Guerra Civil Española. Durante la Batalla de Teruel envía colaboraciones a periódicos cubanos.

Posteriormente, en 1945, conoce a Narciso Bassols, Enrique González Martínez y Diego Rivera, con quienes empieza a estrechar relaciones de amistad cada vez más cercanas; aunque difieren en política, admiran mucho a la artista.

Xavier Guzmán comenta que Teresa Proenza le decía que conocer a Diego fue el “bálsamo que la ayudó a superar su sectarismo”.

También se hace amiga y confidente de Frida Kahlo; poco antes de morir Kahlo, Proenza se convierte en secretaria de Diego Rivera, quien le otorga un nombramiento para que desarrolle su trabajo y la proteja de sus actividades como agente.

Después de enero de 1959, como agregada cultural y de prensa de la Embajada de Cuba en México, pasa información a comunistas destacados y le toca recibir a Lee Harvey Oswald, quien solicita una visa para entrar a la isla.

Nunca ha quedado claro si dicho encuentro fue casual. Sin embargo, ese hecho la marca, y Winston Scott, jefe de la CIA en México, filtra información falsa que provocará su regreso a Cuba, donde es detenida en cuanto desciende del avión y la ponen en prisión domiciliaria durante tres años.

Fue hasta 1985, cuando regresa a México, en que, con motivo de los preparativos por el centenario de Diego Rivera, celebrados en 1986, Xavier Guzmán afirma: “Tuve la fortuna de conocerla y tratar a un ser generoso, además de maravilloso y enigmático.

“Mi relación de amistad con ella fue muy espontánea. Ella donó su archivo al Cenidiap del INBAL”, agregó Guzmán Urbiola.

En charla amena refiere que para la exposición Diego Rivera y la experiencia en la URSS le solicitaron un artículo sobre Teresa Proenza para el catálogo.

Al terminar su texto le informaron que estaba a su disposición el expediente sobre Proenza formado por la DFS. Consultarlo fue una oportunidad que no dejó pasar y fue de donde se desprende la base de la investigación del libro que se presenta el próximo jueves 14 de febrero. Fue una investigación apasionante, concluyó Xavier Guzmán.

Por su parte Alberto Híjar Serrano, investigador del Cenidiap, señaló que esta obra es la primera investigación histórica sobre un personaje fundamental para la historia de América y el mundo.

Mencionó la labor que realizó Teresa Proenza como secretaria de prensa y cultura de la Embajada de Cuba en México, cumpliendo importantes trabajos de relación e información con personalidades destacadas de países socialistas de toda América Latina.

Mantuvo excelente relación con hombres tan dispares, como Lázaro Cárdenas y Lombardo Toledano, en cumplimiento estricto de sus responsabilidades como diplomática de una revolución.

Conoció gente muy diversa, anarquistas catalanes, refugiados europeos por el nazismo, todo lo cual hizo que tuviera una red de relaciones sociales sumamente ricas.

El libro reivindica a un personaje sospechoso de espionaje, sobre todo por su trato con diplomáticos chinos cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas con México, en momentos en que el conflicto chino-soviético estaba a punto de desencadenar una guerra mundial.

Como amiga de Diego Rivera y Frida Kahlo, también se relacionó con los personajes que acudían a la Casa Azul, como parte de sus funciones de establecer una buena relación que favoreciera los intereses de la Revolución Cubana en marcha.

Después de su partida a Cuba y su regreso a México, entabló una relación entrañable con Xavier Guzmán y su grupo de jóvenes historiadores que organizaban reuniones, aderezadas con los excelentes cocteles que sabía preparar Teresa Proenza, comentó Híjar Serrano.

Es un libro sumamente riguroso debido a lo que está tratando y tiene la disciplina que debiera tener todo historiador, “cada tres renglones hay un asterisco con referencia a las numerosas entrevistas que tuvo que hacer de primera mano o a los expedientes a los que recurrió.

“Xavier Guzmán hizo un gran trabajo de historia, ejemplar para aquellos que cultivan estas dimensiones que han de llamarse microhistorias. Cómo la historia se puede concretar en un personaje de una riqueza activa tan importante como fue Teresa Proenza”.

En esta línea de la historia, trabajada de esa manera, se ubica la excelente labor de Xavier Guzmán, asentó el investigador.

El trabajo de Xavier Guzmán tiene mucho de narración que parece novela policiaca, por la relación y los orígenes de las personas con las que establecía relaciones Proenza.

“Plantea preguntas abiertas que ojalá obliguen a abrir en definitiva los documentos que dejó Diego Rivera en la Casa Azul con la intención de destaparlos 50 años después de su muerte, fecha que ya ocurrió y todo sigue resguardado para que no nos enteremos”.

Ahora, que aparentemente estamos por la recuperación de la memoria histórica, para hacer la historia total, habrá que incorporarle todos estos incidentes. Ojalá fuera atendida esta dimensión tan importante. Alzaré la mano para plantear ese problema, afirmó Híjar Serrano.

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