TEATRO

En Nacahue: Ramón y Hortensia, el amor va más allá de las barreras del lenguaje  

Boletín No. 1099 - 19 de julio de 2019
  • Obra basada en uno de los clásicos escritos por William Shakespeare, Romeo y Julieta, cuyos personajes hablan en náayeri y español
  • Últimas funciones en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, hoy a las 20:00, mañana a las 19:00 y el domingo 21 de julio a las 18:00

Ramón habla la lengua cora náayeri y Hortensia se comunica en español, pero el no entender las palabras no es impedimento para que ambos se enamoren y trasciendan las barreras del lenguaje. A diferencia de la pareja, que se siente atraída por lo desconocido, el resto del pueblo siente temor ante lo que no comprende, lo que les incita a cometer una serie de crímenes.

Esta es la historia de Nacahue: Ramón y Hortensia, adaptación de Romeo y Julieta de William Shakespeare escrita y dirigida por Juan Carillo, que tendrá sus últimas funciones en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, hoy a las 20:00, mañana a las 19:00 y el domingo 21 de julio a las 18:00.

El montaje cuenta con extensos diálogos en náayeri que el público no comprende al inicio, pero el entendimiento se logra conforme avanza la historia hasta llegar al punto en el que la audiencia termina por reír con los chistes contados en dicha lengua originaria. El objetivo es despertar la reflexión sobre lo que representan los límites del lenguaje y la manera de trascenderlos.

Esto también es resultado de la interpretación de los actores: Mario Eduardo D’León, Marianella Villa, Erandeni Durán, Ulises Martínez, Yadira Pérez y Marco Vidal. A través del lenguaje corporal logran transmitir a los espectadores las emociones y los deseos de los personajes.

Juan Carrillo, escritor y director de la obra, comentó que desde hace varios años surgió la idea de realizar una pentalogía de adaptaciones de Shakespeare: “Empezamos con Macbeth, que se llamó Mendoza; ahora es Nacahue, a partir de Romeo y Julieta, pero en un contexto indígena.

“La idea de hacer la obra en otra lengua nació de enfrentar el reto actoral de explicar una historia cuando las palabras no se entienden. Esto permite explotar el histrionismo de los actores, su capacidad de mirar, de percibirse, su trabajo energético y de vibración para conducir al espectador desde otro lugar, más allá del lenguaje. Como analogía, los personajes tampoco se entienden”, dijo el director.

“El montaje fue complicado, pero contamos con la asesoría y traducción de Edisa Altamirano Domínguez, indígena cora y maestra de la Universidad Autónoma de Nayarit. Los actores no dominan la lengua para nada, sólo memorizaron sus textos y trabajaron con ayuda de la traductora. Actuar en un idioma que no es el tuyo, y aparte pensar en español, es todo un reto”.

En la obra, el amor que sienten Ramón y Hortensia los lleva a intentar conocer y entender lo diferente, mientras que al resto del pueblo lo orilla a cometer diversos crímenes. “Estos personajes se enamoran de la diferencia y al hacerlo se dan cuenta de que no es tanta como pensamos. Buscamos mostrar que el miedo puede ser tan peligroso y atroz como el odio”, mencionó.

Hortensia y Ramón pertenecen a dos comunidades distintas, que se encuentran separadas por un río. Al igual que en Romeo y Julieta, los personajes principales de Nacahue se conocen en un baile, durante la festividad de Semana Santa de los coras, denominada La Judea.

Mientras Hortensia huye de su hogar, Ramón participa en la ceremonia de Los borrados, que consiste en pintarse todo el cuerpo, usar máscaras para “borrarse” a sí mismo y correr durante varios días para finalmente bañarse en el río. En esa última etapa es cuando sucede el encuentro entre la pareja, como una analogía de la primera reunión entre Romeo y Julieta.

Juan Carrillo dijo que, como nayarita, siempre tuvo la inquietud de indagar más sobre su cultura, lo que le motivó a realizar distintos viajes a la sierra y adentrarse en las costumbres locales para conocerlas y poder representarlas en el montaje.

La escenografía incluye listones de colores, lo que permite dividir espacios, trazar caminos y evocar a los usados por los coras en sus sombreros y artesanías entretejidas. “El vestuario es anacrónico, no es exactamente de época, pero sí es una artesanía original que se tardan muchísimo en bordar”, explicó el director.

Los Colochos Teatro, compañía que presenta la obra, estrenó Nacahue: Ramón y Hortensia en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, España, hace dos años. Carrillo afirmó que la obra fue recibida de manera positiva, por ser mexicana y tratar un tema indígena.

Posteriormente hubo una sola función en el Teatro de la Ciudad y ahora se escenifica con algunos ajustes. “Somos una compañía que evoluciona de manera constante. Somos muy inquietos con los trabajos. Aunque los hayamos estrenado están en evaluación constante”.

Por último, Juan Carrillo invitó al público a que asista a las funciones, “a que se dé la oportunidad de conocer lo diferente; que venga al teatro a escuchar una lengua que no es la suya y ver a un grupo de actores trabajar de una manera en la que no están acostumbrados”.

La obra Nacahue: Ramón y Hortensia pone énfasis en la lengua cora náayeri, además de presentar vestuarios y tradiciones, con lo que se suma a la declaración hecha por la Organización de las Naciones Unidas que proclama 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.

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