Diez, una ventana a la realidad iraní desde la visión femenina en Charlas de cine y literatura
- La cinta dirigida por Abbas Kiarostami será comentada por la escritora Gabriela Couturier el lunes 29 de julio, a las 18:00, en la Sala 4 de la Cineteca Nacional
La película Diez (Ten, Irán-Francia, 2002) es un recorrido por las relaciones sociales que entabla una mujer a bordo de su taxi, con el que recorre las calles de Teherán. Es una ventana que permite asomarse a la realidad iraní, vista desde una perspectiva femenina. El filme será proyectado el lunes 29 de julio, a las 18:00, en la Sala 4 de la Cineteca Nacional, con comentarios de la escritora Gabriela Couturier, en el marco del ciclo Charlas de cine y literatura.
Sobre el filme dirigido por el director iraní Abbas Kiarostami, Couturier dijo que “lo interesante es cómo se va narrando el papel de una mujer a través de sus relaciones. La película puede ser un poco claustrofóbica, en tanto que la cámara nunca se baja del coche: las escenas, las cuales son 10, de ahí el nombre de la cinta, terminan cuando alguien desciende, pero como técnica narrativa es muy interesante”.
La protagonista es una conductora de taxi que se divorció para trabajar o trabaja porque se divorció —comentó—, entonces mantiene una charla con 10 pasajeros, a partir de los cuales se desentraña una serie de relaciones sociales alrededor de la conductora.
Uno de los temas sobre los cuales profundizará Couturier es el papel de la mujer. “La cinta deja ver ciertas realidades, como el uso de velo por la religión, y en ese sentido la película es muy inteligente porque no lo hace a manera de denuncia, pues expone ante el espectador esas contradicciones sociales”.
Para la especialista, Diez presenta un tipo de violencia sistémica de género que ocurre en Irán, la cual tiene que ver más con el papel de la mujer, lo que puede o no hacer como mujer, como mamá, como esposa o como profesionista.
“La película transcurre en un automóvil y a la hora de recorrer las escenas uno puede ver las calles de la ciudad. Es decir, uno puede sentir como se construyen micro realidades al interior del vehículo, en el contexto de una realidad más amplia que es la ciudad. Se puede sentir como esos mundos se conectan cuando abordan o bajan las personas”, comentó Gabriela Couturier.
“Lo que me gustaría aportar tiene relación con la estancia que tuve en Irán hace cinco años. Me parece que, dentro del mundo musulmán, Irán, al lado de Dubái, son sociedades excepcionales en términos de desarrollo y apertura. Son fascinantes”, dijo.
Explicó que cuando estuvo en Irán “se acababa de dar cierta apertura, porque se estaba acordando el pacto nuclear con Estados Unidos y Europa, y se sentían en el ambiente grandes posibilidades”.
Fui con un grupo de diplomáticos en un intercambio organizado por la Embajada de México en Kuwait —mencionó—, puesto que cohabitamos con locales, dedicamos nuestro tiempo a platicar con la gente, a oír sus puntos de vista sobre la historia de los países de la región, desde la revolución de 1989 hasta tópicos como el papel de la mujer, la vestimenta, las costumbres.
“Experimentar la vida iraní fue una gran experiencia, porque lejos de lo que uno llega a saber por los medios de comunicación, como pueblo tienen un potencial inmenso: desde el nivel de educación, la apertura, la avidez que existe por tener contacto con el mundo. Finalmente, nos dimos cuenta que es un desperdicio que, en términos de política internacional, se les aísle de esa manera. Además, su cultura es muy rica y la comida es deliciosa”, concluyó la escritora.
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