ARTES VISUALES

Artistas canadienses y mexicanos comparten experiencias en la conservación de las culturas y lenguas indígenas

Boletín No. 1233 - 11 de agosto de 2019

 

  • Durante la mesa titulada La promoción de las artes indígenas contemporáneas, en el Museo Nacional de Arte, donde se exhibe la exposición Voces de la Tierra
  • Ellen Hamilton y Marc Wieser, de Canadá, y el poeta mazateco Juan Gregorio Regino, participaron en esta actividad como parte de la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales 2019

Durante la mesa titulada La promoción de las artes indígenas contemporáneas, en la cual estuvieron los artistas canadienses Ellen Hamilton y Marc Wieser, así como el poeta mazateco Juan Gregorio Regino, titular del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), la directora del Museo Nacional de Artes del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Carmen Gaitán destacó que para el Munal, que alberga más de seis mil piezas de arte colonial, resulta importante profundizar sobre la fusión cultural resultante entre el arte prehispánico y europeo.

Con esta actividad, el Museo Nacional de Arte participó en la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales 2019 que tiene a Canadá como país invitado, con un conversatorio en el que compartieron los esfuerzos que ambos países realizan, a través de diversos proyectos artísticos para rescatar y preservar las lenguas y culturas indígenas.

Apuntó que gracias a la conservación de diversas obras, como las crónicas de Sahagún y los códigos florentinos, así como las tradiciones y lenguas originales que preservan las comunidades indígenas, se ha recuperado esa memoria histórica. “Lo que tratamos de exaltar con la reciente exposición Voces de la Tierra son las 11 familias lingüísticas que existen en México, de las cuales se desprenden 68 lenguas con 300 variantes.

“La muestra que presenta el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) integra, desde una visión histórica, las tradiciones que envuelven estas lenguas, a través de obras plásticas”. Señaló que está compuesta por 180 obras, en las cuales se pueden encontrar piezas prehispánicas y arte indígena, con la intervención de un artista polaco que las reinterpreta, así como trabajos de creadores consagrados mexicanos y contemporáneos que continúan la tradición artística indígena, como Demián Flores, Rufino Tamayo, Pablo Manilla, Noé Martínez y Francisco Toledo, principalmente.

La muestra, realizada en colaboración con el Inali, busca destacar la importancia del rescate de estas lenguas, las cuales conlleven tradiciones, cosmogonías y maneras de ver el mundo. “Las piezas de esta exposición dan cuenta de la riqueza lingüística y cultural de nuestro país”.

En su oportunidad, Juan Gregorio Regino hizo un recorrido por las diversas iniciativas que se han implementado desde las instituciones gubernamentales para conservar y promover el arte y las lenguas indígenas, desde el Premio Nezahualcóyotl hasta la conformación de grupos de poesía en lengua indígena. “Una de mis preocupaciones ha sido desplazar el concepto de artesanía para dar a las producciones indígenas el valor de arte”. Esto ha tenido una vía abierta dentro de la literatura, donde se han asignado premios específicos y espacios en las ferias del libro nacionales, como la de Guadalajara y en el Festival Internacional Cervantino.

Dijo que estimular la producción artística indígena constituye una manera de recuperar la memoria estética de los pueblos originarios. “Pero también, cuando hablamos de arte indígena contemporáneo, no estamos negando la posibilidad de integrar elementos de otras tradiciones, de otras visiones, para que haya una fusión e innovación de este arte que mantiene su matriz cultural e incorpora otras visiones estéticas”.

Por su parte, Ellen Hamilton habló de su trabajo con las comunidades indígenas de la región ártica de Canadá, los inuit, a través de su proyecto Qaggiavuut. Explicó que el idioma inuit es una lengua en riesgo de desaparecer, para lo cual ella creó una iniciativa artística con músicos, cantantes y actores de esas comunidades, con la intención de generar intercambios entre ellos y creadores indígenas del mundo. Resaltó que con la colonización en Canadá se perdieron canciones, cuentos y narrativas con que esas culturas expresaban el espíritu humano.

“Hace 40 años trabajo en este proyecto, del cual resultó el primer grupo de teatro inuit en Canadá. El objetivo era que ellos conocieran su propia historia y se comunicaran en su lengua. A lo largo del proceso, uno de los sabios del grupo destacó la necesidad de conocer la historia y el idioma, por lo cual nos reunimos con un aciano que enseñó a los jóvenes actores las canciones y la música. En la primera función todos los miembros de la comunidad se reunieron y al escuchar canciones que no se habían interpretado por más de 50 años, los ancianos empezaron a llorar”.

Hamilton señaló que el proyecto reúne en Montreal a los jóvenes inuit de diversas comunidades, quienes reciben preparación artística de maestros de sus lugares de origen y de otras partes del mundo. “Uno de ellos es un coreógrafo mexicano indígena que vive en Montreal, Carlos Rivera, quien trabaja con nuestros artistas inuit”, destacó.

Por su parte, Marc Wiesser habló del proyecto que realiza para la Orquesta Sinfónica de Montreal, de la cual resultó la ópera de cámara Chaakapesh, que se estrenó en 2018 y está inspirada en la historia de la comunidad cree. Señaló que el proceso implicó la convivencia con las comunidades para entender su historia y acercarse a la lengua, para lograr un entendimiento intercultural e interlingüístico.

Wisser dijo que actualmente existen en Canadá 70 lenguas y 11 naciones indígenas con su propia lengua, cultura, tradiciones y formas particulares de ver la vida. “El proyecto se ha convertido en un puente de entendimiento entre los diversos pueblos indígenas y la sociedad no indígena de Canadá”.

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