LITERATURA

Justo Sierra, Maestro de América, es reconocido como impulsor de la educación y la modernización de México

Boletín No. 1393 - 12 de septiembre de 2019
  • El 13 de septiembre se conmemora el 117 aniversario de la muerte de este ilustre educador, escritor, diplomático y político mexicano
  • Una de sus principales tareas fue la promoción de la educación primaria obligatoria y la creación de la Universidad Nacional de México, hoy UNAM

En el primer centenario del nacimiento de Justo Sierra, en 1948, la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que fue fundador, lo designó Maestro de América, por su trabajo en favor de la educación en México entre los siglos XIX y XX y su contribución a la modernización del país. Este 13 de septiembre se conmemora el 117 aniversario de la muerte de este ilustre educador, escritor, historiador, periodista, abogado, diplomático y político mexicano.

En su vasto legado destacan artículos, epístolas, doctrinas políticas y educativas, discursos, cuentos, poemas, narrativa, libros históricos y biográficos. Sus Obras completas fueron publicadas por la UNAM en 1948 y reeditadas en 1977, integradas por 15 tomos supervisados por el novelista y ensayista Agustín Yáñez.

Nacido en Campeche en 1848, sus padres fueron Concepción Méndez y Justo Sierra O´Reilly, quien se desempeñó como escritor, historiador, novelista y jurisconsulto.

Justo Sierra inició sus estudios en Campeche y los continuó en Mérida, Yucatán, pero en 1861, tras la muerte de su padre, la familia se mudó a la Ciudad de México, donde ingresó al Liceo Franco Mexicano, para después continuar sus estudios en el Colegio de San Idelfonso. En esa etapa comenzó su vida literaria con la realización de sus primeros ensayos en 1868.

Secretario de Justicia Pública y Bellas Artes

En 1871 finalizó sus estudios de abogacía y empezó a trabajar en la vida pública, al desempeñarse como diputado en el Congreso de la Unión y magistrado de la Suprema Corte de Justicia. También fue titular de la antigua Secretaría de Justicia Pública y Bellas Artes en 1905-1911 y de la Secretaría de Instrucción Pública.

Una de sus principales tareas fue la promoción de la educación primaria obligatoria, ya que consideraba que el desarrollo del país sólo era posible por la vía de la educación. Su mayor legado fue la creación de la Universidad Nacional de México, hoy Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1910.

Su trabajo periodístico lo desarrolló en El Monitor RepublicanoLa LibertadLa Tribuna, el semanario El Renacimiento y El Federalista.

Ejerció como docente en la Escuela Nacional Preparatoria y fue uno de los directores de la Revista Nacional de Letras y Ciencias entre 1889 y 1890. Gracias a su labor pedagógica, literaria y periodística se le consideraba una figura relevante en los ámbitos cultural, político, educativo y social. Fue bien acogido por la juventud universitaria, en especial del Ateneo de la Juventud que reunió a intelectuales como José Vasconcelos, Antonio Caso, Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, Martín Luis Guzmán, Isidro Fabela, Diego Rivera, Manuel Ponce, Mariano Silva y Aceves y Federico Mariscal, entre otros, quienes fueron los grandes pensadores en la primera mitad del siglo XX.

Justo Sierra vivió los grandes cambios de la vida pública del país. Fue un hombre que conoció y dialogó con Manuel Acuña, Guillermo Prieto y Luis G. Urbina. Su obra literaria y su labor pública dan cuenta de su interés por el desarrollo de un México moderno.

Bajo el régimen de Francisco I. Madero fue nombrado ministro plenipotenciario de México ante el Gobierno de España y representó a México en el Congreso Hispanoamericano de Madrid. Murió en esa ciudad el 13 de septiembre de 1912. Fue traído a México para ser sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres. Su nombre permanece en el muro de honor del Palacio Legislativo.

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