ARTES VISUALES

Artistas mexicanos rememoran sus mejores experiencias en el Palacio de Bellas Artes

Boletín No. 1517 - 02 de octubre de 2019
  • La coreógrafa y bailarina Cecilia Appleton, el tenor Francisco Araiza, la cantante Eugenia León y el pianista Rodolfo Ritter narran sus grandes momentos en el escenario de la Sala Principal del recinto

La Sala Principal del Palacio de Bellas Artes ha recibido a las grandes obras de creadores nacionales y extranjeros, y a las y los más brillantes intérpretes de México y de otras naciones. En el 85 aniversario del recinto de mármol, artistas mexicanos narran las experiencias que recuerdan con más cariño en el escenario cultural más importante de nuestro país:

El Palacio, todo un reto: Cecilia Appleton, coreógrafa y bailarina

“El Palacio de Bellas Artes es muy generoso en cuanto a sus condiciones escénicas. En mi caso, he disfrutado tanto ver mi obra ahí representada como bailar en su escenario. La primera vez que estuve en Bellas Artes fue muy significativo justamente por lo mismo, y porque no esperaba que pudiéramos representar una coreografía tan íntima: un dueto en el que otra bailarina y yo estábamos en una tina. Estaba todo muy chiquito y no me esperaba que pudiera haber una buena recepción del público en un espacio tan grande, y fue muy atractivo.

“Era una coreografía mía que se llama Yo, la otra (cuerpo de esta sombra), una coreografía de Contradanza, de mi autoría, pero en este caso muy acompañada en la parte creativa y de interpretación por Gabriela Medina. Las dos representamos esa propuesta, y fue la primera vez que nos invitaron al Palacio. Fue todo un reto. Fue muy bien acogida, por lo que también me pareció que no hay foro grande para detalles; que, aun siendo de grandes dimensiones, el detalle más mínimo es apreciado en ese teatro. Fue en 1995 en el marco del Día Internacional de la Danza. Me acuerdo que se abrió el Palacio para los grupos independientes.

“Otra ocasión fue con La danza de los cisnes, otra coreografía de mi autoría, con la compañía Contradanza. Por presentar esta coreografía en el Palacio de Bellas Artes nos otorgaron una de las Lunas del Auditorio Nacional. Fue muy significativo, con una recepción del público a la obra muy importante. Esto fue en 2013. En esa ocasión no bailé esta obra mía, sólo la compañía.

“Cada vez ha sido especial. Me he presentado más veces como autora que como bailarina, quizá también porque me gusta mucho coreografiar a otros. También fui invitada para hacer una antología de mi obra, y ahí sí bailé, porque iba deambulando por mi sueño. Quedé muy agradecida de que me hayan invitado para tener la oportunidad de presentar en una misma puesta en escena este camino recorrido por mi trayectoria”.

Experiencia emocionalmente apabullante: Francisco Araiza, tenor

“Una de las veces que más recuerdo fue como parte del público. De chiquito, mi papá (José Araiza Coria), que cantaba en el Coro del Teatro de Bellas Artes, me llevó atrás del escenario. Fue en una función de Mefistófeles de Boito, en la cual me invitó a ver la salida de los diablos. Me di cuenta que entre los cantantes también reinaba el buen humor.

“Traían sus vestuarios de diablo, y uno de ellos, antes de salir, los comenzó a amarrar unos a los otros. Entonces, cuando salieron en estampida, casi todos iban amarrados entre sí. Casi tuvieron que romper los vestuarios para liberarse. Tenía como seis o siete años.

“Como artista, creo que siempre la primera impresión es la más contundente, y esa fue cuando, después de haber salido de México en 1974, regresé en 1977 a cantar La flauta mágica de Mozart. Salir a ese escenario por primera vez en el papel principal fue una experiencia única, emocionalmente apabullante”.

Presentarse aquí es el sueño de todos: Eugenia León, cantante

“Para mí es, como para todos, público o artistas, un sueño entrar a este lugar. La primera vez que lo pisé fue en los años setenta, cuando formaba parte del coro de la Escuela Nacional de Música. Nos tocó participar en la ópera Don Carlo de Verdi, y yo me sentía… volé.

“Apenas empezaba a cantar, y haber formado parte del coro me llenó de un empoderamiento íntimo, artístico, personal, y además la magia de estar en un lugar que ha sido el punto culminante de la cultura mexicana, de las artes universales, porque finalmente eso es el Palacio de Bellas Artes, donde han estado los más grandes, como la maestra Maria Callas, don Plácido Domingo o Ramón Vargas, y en el género popular: Lola Beltrán, Chavela Vargas, el maestro Joan Manuel Serrat, Óscar Chávez y Los Folkloristas.

“Aquí he visto cosas impresionantes, y presentarse aquí, pues, es el sueño de todos. Me siento tan agradecida, y aplaudo los 85 años del Palacio de Bellas Artes. Que sigan muchos más”.

Honrado de presentarme en el Palacio: Rodolfo Ritter, pianista

“Al hacer un recuento de mi trayectoria profesional como músico y, en particular, como pianista, el Palacio de Bellas Artes ha sido uno de los lugares más importantes y de los cuales me siento siempre honrado de presentarme. Encuentro en mi memoria que hay tres presentaciones que han sido muy entrañables, emotivas y representativas en mi carrera musical hasta la fecha.

“La primera, en 2003, cuando debuté con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN). La ocasión fue como finalista del IV Concurso Nacional de Piano Angélica Morales-Yamaha, con la OSN y el director Enrique Diemecke, con quienes interpreté el Concierto en re menor de Johannes Brahms, y por el cual tuve el privilegio de obtener el primer lugar y la medalla de oro.

“Puedo rememorar también dos galas con la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí (OSSLP) y el director José Miramontes Zapata, cuando interpretamos en un mismo programa el Segundo concierto para piano y orquesta de Manuel M. Ponce y el Segundo concierto para piano y orquesta de Serguéi Rajmáninov. En el caso del concierto de Ponce, fue su primera presentación histórica en la Ciudad de México y en Bellas Artes.

“También memorable para mí fue la interpretación del Segundo concierto para piano de Gonzalo Curiel a casi 70 años de haberse estrenado en el mismo escenario, como parte de otra gala con la OSSLP. Es un gran privilegio regresar siempre a este maravilloso recinto, orgullo de todos los mexicanos y del mundo”.

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