ÓPERA

Falleció el tenor José Guadalupe Reyes, figura que obtuvo gran reconocimiento en México y en Europa

Boletín No. 1777 - 15 de noviembre de 2019
  • Su calidad vocal lo llevó a interpretar obras de diversos estilos: canto gregoriano, barroco, clásico, romántico y posromántico
  • Se presentó en escenarios como el Palacio de Bellas Artes, el Wiener Konzerthaus en Viena; la Deutsche Oper, en Berlín, y el Bergen Grieg Hall, en Noruega; entre otros

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) lamenta el deceso del tenor José Guadalupe Reyes, uno de los cantantes más destacados a nivel nacional e internacional, quien desarrolló una fructífera trayectoria desde su ingreso al Instituto en 1985, en el cual participó en numerosos conciertos al lado de músicos de renombre.

El artista inició su carrera como solista en el Coro de Infantes de la Basílica de Guadalupe. Estudió en el Instituto de Liturgia, Música y Arte Cardenal Miranda y en el Conservatorio Nacional de Música, donde adquirió una sólida técnica vocal bajo la guía de Antonio López Rodríguez. 

Continuó su formación en el Mozarteum y en la Hochschule für Musik und Darstellende Kunst de Viena, con Margarita Lilova, Curt Malm, Wolfgang Gabriel e Ingrid Doll, entre otros. De 1992 a 1996, la Hochschule für Musik fue el espacio en el que se dedicó a la interpretación de ópera.

Su participación en los campos de la ópera y la música de concierto recibió numerosos elogios por parte de la crítica, que lo llevaron a presentarse en los escenarios más importantes de México y Europa, entre ellos el Palacio de Bellas Artes, el Wiener Konzerthaus, de Viena; la Deutsche Oper, de Berlín; el Bergen Grieg Hall, en Noruega; el Festspielhaus Bregenz, en Austria, y el Festival de Catedrales de Picardie, en Francia. 

Su calidad vocal lo llevó a interpretar obras de diversos estilos: canto gregoriano, barroco, clásico, romántico y posromántico. Para el artista cantar obras de Schubert, Beethoven, Schumann, era un privilegio, pero gustaba también de la música de autores mexicanos del siglo XX, “que han formado un acervo cultural invaluable. Podría decir que ya son clásicos porque son conocidos en todo el mundo. Su obra encierra una gran riqueza de expresión en texturas sobre los sentimientos del alma”.

Si bien, la mayoría de sus interpretaciones de ópera, lied y chanson eran en italiano, alemán o francés, José Guadalupe Reyes daba un lugar especial a los temas en español, pues consideraba que parte de su labor como artista era rescatar nuestros valores. 

“La música mexicana es un bálsamo para el corazón. El cantante debe tener un mínimo de comprensión de lo que se dice. Este tipo de música, aparte de ser bella, debe llevar el énfasis, es decir, la intención en cada palabra, en cada frase y transmitirla”.

Impartió cátedra de técnica vocal y repertorio en la Escuela Superior de Música del INBAL. Entre sus alumnos están Rodrigo García Arroyo, Belem Rodríguez, Rebeca Olvera, Javier Camarena, Gabriel de la Llave, Manuel Betancourt, Diana Rossano y Enívia Mendoza, quien lo recuerda como un gran ser humano, noble y disciplinado. “Él nos transmitía una absoluta confianza cuando cantaba en el escenario donde se sublimaba en sus interpretaciones”, recuerda la cantante.

Añadió que como tenor, poseía una voz versátil para oratorio y bel canto; pero su aporte como persona reside en el valor para afrontar los retos y salir adelante.

Fue invitado a diversos festivales y encuentros artísticos, como el Festival de Besancon; con la Ópera de Bellas Artes intervino en las producciones de Wozzeck, de Alban Berg; Le Nozze di Figaro y La flauta mágica, de Mozart. También participó en la ópera Salomé, de Richard Strauss, en el Teatro Degollado; en la Gala Verdiana, con Ramón Vargas; en la Octava Sinfonía, de Gustav Mahler, con la Sinfónica de Xalapa, y en el disco de la ópera infantil El conejo y el coyote, de Víctor Rasgado, al lado de la soprano Lourdes Ambriz y el barítono Benito Navarro.

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