ARTES VISUALES

Cisco Jiménez plasmó en Doble arqueología la tecnología obsoleta y el pasado prehispánico  

Boletín No. 1950 - 13 de diciembre de 2019
  • Con su obra de gran formato el artista quedó en los primeros lugares de la XVIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo
  • Se podrá apreciar en el Museo Rufino Tamayo hasta el 5 de enero de 2020

Doble arqueología, obra de gran formato con la que Francisco Javier Jiménez Hernández (Cisco Jiménez, 1969) ganó uno de los premios de la XVIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo, en la cual se abordan las paradojas con las que vivimos los mexicanos, en las que arqueología y tecnología se funden y crean una atmósfera nostálgica, un pasado irrecuperable.

La obra se exhibe en el Museo Rufino Tamayo junto con las otras piezas ganadoras y seleccionadas en la XVIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo, hasta el 5 de enero de 2020.

“Esta es una pieza que conmemora muchas cosas en mi vida personal y en el contexto que me ha tocado vivir. Tiene que ver con el cambio de paradigmas que ocurrieron en la transición del siglo XX al XXI, justo en la mitad de mi vida”, expresó el artista originario de Cuernavaca, Morelos.

En su obra reflexiona sobre la tecnología obsoleta que gozamos y padecemos, el pasado prehispánico que despreciamos y, al mismo tiempo, mantenemos como parte de nuestro presente, detalló. 

La monumental obra tiene un marco tallado en madera por el mismo artista, con detalles de influencia prehispánica, como arcos y grecas de origen maya, en la que se aprecia el trabajo realizado a mano, de forma artesanal.

Cisco Jiménez comentó que una de sus influencias son los muestrarios de algunas tiendas, como las tlapalerías, que ponen toda la gama de tornillos u otros objetos con una estética particular que siempre ha llamado su atención.

“En mi obra quise imitar esos catálogos, como un muestrario personal de los elementos y símbolos que he manejado a lo largo de tres décadas. Los colores fueron planeados para crear una atmosfera nostálgica, de un pasado irrecuperable, son tonos de los años cincuenta, gamas que se usaban en esa época, es una nostalgia de la nostalgia”.

Detalló que los objetos pintados parecen conectarse a través de líneas, de manera similar al juego de “serpientes y escaleras”, que parece algo caótico pero hay escaleras que guían y dan sentido a esas relaciones y símbolos.

La Bienal de Pintura Rufino Tamayo es una historia de amor y odio, dijo el artista al referirse a su participación en el certamen. “Fui bateado tres veces, pero es necesario aplicarse y no perder el entusiasmo, hay que insistir”.

Afirmó que los concursos y bienales de la Ciudad de México y los estados son importantes para los artistas, ya que representan un gran apoyo para dar a conocer su obra.

“Cuando me inicié en el arte había una serie de lugares en los que si exponías te consagrabas; si la crítica de arte Teresa del Conde escribía de ti, estabas del otro lado. Ahora las redes lo sepultan a uno cada día, eso es lo que planteo en mi obra: la obsolescencia”.

Cisco Jiménez ha participado en exposiciones en el Centro Cultural de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, en Cuernavaca (1989); en la Galería Nina Menocal, Ciudad de México (1993); en la International Artist in Residence, en ARTPACE Foundation, San Antonio, Texas (1995); en Let me Introduce you, en Carla Stellweg Gallery, New York (1996); en Monument to my Neurosis, en Rosamund Felsen Gallery, Santa Mónica, California (1999); en la Galería de Arte de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Culiacán (2011), entre otras.

---000---