TEATRO

Germán Cueto, creador de mirada estridentista

Boletín No. 63 - 08 de febrero de 2021
  • A 128 años de su nacimiento, se recuerda la obra del artista, impulsor del teatro guiñol y autor de un nuevo lenguaje escultórico

Artista de vanguardia ligado al movimiento estridentista y al arte tradicional mexicano, Germán Cueto, escultor y creador de títeres, es recordado en el 128 aniversario de su nacimiento por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Museo Nacional de Arte (Munal).

De padre español y madre mexicana, Delfín Germán Salvador Apolonio Gutiérrez Cueto y Vidal nació el 9 de febrero de 1893 y falleció el 14 de febrero de 1975 en la Ciudad de México. En 1916 y tras la muerte de su padre, se trasladó a España donde fue introducido al mundo del arte moderno gracias a su prima, la artista María Gutiérrez Blanchard, quien le presentó la atmósfera vanguardista que se vivía en el continente europeo. Ingresó a la Academia de San Carlos tras su regreso a México en 1918.

Cueto trabajó, junto con Ignacio Asúnsolo, en la elaboración de las esculturas ubicadas en el patio de la Secretaría de Educación Pública. Para 1922 se unió al Estridentismo, movimiento de vanguardia liderado por el poeta Manuel Maples Arce. En paralelo, Cueto se interesó por el arte tradicional mexicano, particularmente por las máscaras, mismas que durante varias décadas fueron piezas fundamentales para su producción.

En 1927 se trasladó a París, donde se relacionó con el Cercle et Carré, agrupación fundada por el pintor uruguayo Joaquín Torres García y el dibujante, poeta y crítico de arte Michel Seuphor, para defender la abstracción geométrica en contra del surrealismo y del arte figurativo en general. Dicho grupo estuvo integrado por alrededor de 40 artistas abstractos de Europa y América, en el que participaron personajes como: Le Corbusier, Vassily Kandinsky y Piet Mondrian.

En esta misma ciudad fue que Germán Cueto colaboró activamente en la creación de un nuevo lenguaje escultórico basado en un sistema de construcción por planos, mismo que trató de llevar a México. Sin embargo, su propuesta estaba alejada del gusto imperante en el país, por lo que volcó su trabajo a la enseñanza, el despunte del teatro guiñol (en plena colaboración con la artista y su esposa, Lola Cueto) y su incursión como director en la Escuela de Danza del INBAL.

El artista, quien fue fundador de la Academia de Arte, tuvo un amplio conocimiento gracias a sus esculturas abstractas y monumentales, entre las que destaca El corredor, pieza creada para la Ruta de la Amistad de los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México en 1968. Además, entre sus obras está el medallón de bronce de Manuel M. Ponce, en la sala del mismo nombre en el Palacio de Bellas Artes, así como el Altar de la Paz (talla de piedra) en el Museo de Arte Moderno, mientras que el Museo Nacional de Arte alberga en su colección el busto realizado en piedra volcánica por Germán Cueto, del grabador y creador de La Catrina, José Guadalupe Posada.

En 1965 y 1967 obtuvo menciones honoríficas en las bienales de Escultura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura por sus obras Caminante y Circunvolución en forma de cabeza.

En teatro participó en montajes de Julio Bracho con la creación de máscaras; colaboró con Seki Sano y Waldeen von Falkenstein con máscaras para La Coronela (1940). Es considerado uno de los impulsores del teatro guiñol.

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