ARTES VISUALES

La muestra Mano de obra. Oficios en la gráfica mexicana permanecerá en el Munae hasta junio

Boletín No. 125 - 18 de marzo de 2022
  • Integrada por 270 piezas de más de 180 creadoras y creadores del siglo XX y contemporáneos

Como parte de sus proyectos expositivos, el Museo Nacional de la Estampa (Munae), recinto perteneciente a la Red de Museos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), anuncia que la muestra Mano de obra. Oficios en la gráfica mexicana, siglos XX y XXI extiende su periodo de exhibición hasta junio, en el marco de la estrategia #VolverAVerte de la Secretaría de Cultura federal.

Esta exposición, bajo la curaduría de los historiadores del arte Raúl Cano Monroy y Karen Juárez Peña, ofrece una puntual revisión del acervo del Munae en torno a los oficios desempeñados en el México rural y urbano desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. A partir de este concepto, el público ha podido conocer dos periodos de la gráfica mexicana confrontados y a la vez conectados.

Son exhibidas tanto obras de artistas consagradas y consagrados, como piezas contemporáneas inéditas de diversos estados de la República que han ofrecido, a través de su trabajo, un enfoque diferente de los oficios y sus diversos contextos.

“La exposición ha tenido buena acogida por parte del público y artistas gráficos. Se ha cumplido la difusión tanto del acervo, como de lo contemporáneo, y se ha abierto una nueva visión en cuanto a la gráfica mexicana, además del rescate de artistas olvidadas y olvidados, como Elena Castañeda, Carlos Ávila, Aurora Estrada, Ángel Navarrete y Otilia Molina, quienes no habían formado parte importante de una muestra en los recientes 30 años”, refiere Raúl Cano.

La concepción de Mano de obra se fundamenta en la idea posrevolucionaria de las clases populares como símbolo del progreso, plasmada en el muralismo y en la Escuela Mexicana de Pintura. Los obreros y el campesinado se volvieron un arquetipo, y las y los artistas fueron y han sido testigos de las condiciones en las que laboraban, la desigualdad y, principalmente, la búsqueda de la subsistencia.

A decir de Karen Juárez, “Mano de obra ha sido para mí algo increíble. No fue lo mismo gestionarla, ni siquiera idealizarla: revisar el gran acervo del Munae, hacer labor de investigación, seleccionar la obra y ver todas las piezas montadas y en diálogo es tan distinto.

“Es un regalo que se haya extendido el tiempo de exhibición para que más gente pueda hacer un recorrido visual, histórico, popular y tradicional que demuestra que somos una sociedad muy creativa, aun tratando de sobrevivir; que situaciones atroces pueden tener un lado estético, y que las manos de las y los grabadores, como un oficio, son también la mano de obra que se vuelve parte del sostén de una comunidad con mucha necesidad de arte y de este tipo de exposiciones”.

Desde su inauguración, las y los visitantes se han conectado con su cotidianidad, ya sea porque en su comunidad se practicaron o se practican ciertos oficios, o porque hasta ellas y ellos mismos desempeñan dichas actividades laborales.

“Esta muestra seguirá dando frutos. Se continuarán organizando actividades y conversatorios en los cuales otras y otros grabadores podrán hablar acerca de su obra y su inclusión en este proyecto, así como de la próxima publicación del catálogo”, concluye Cano Monroy.

Mano de obra está integrada por 270 piezas de más de 180 creadoras y creadores del siglo XX y contemporáneos, entre quienes figuran Susana Neve, Alfredo Zalce, Mariana Yampolsky, Adolfo Mexiac y Leopoldo Méndez, así como Noel Rodríguez (Gráffika urbana), Luisa Estrada, Taller La Cuija Gráfica y Clarissa Alamilla, entre las y los jóvenes creadores.

“Gracias a Mano de Obra. Oficios en la gráfica mexicana, siglos XX y XXI, el Museo Nacional de la Estampa se llena de la vida de las y los mexicanos y del gremio de artistas gráficos que han retratado sus costumbres, actividades, sueños y esfuerzos. Ya sean mineros, artesanos, obreros, vendedores, cocineros, albañiles, taqueros, músicos, campesinos o electricistas, traman el tejido de la vida nacional a través del gran trabajo de nuestros creadores y creadoras”, señala el titular del Munae.

Hay un estricto apego a las medidas de protección para trabajadores y asistentes, las cuales consisten en la instalación de un filtro con tapete desinfectante, aplicación de gel antibacterial, revisión de la temperatura que no rebase los 37.5ºC, uso obligatorio de cubreboca al momento del acceso y durante la visita, y respeto a la sana distancia. El cambio de programación está sujeto a las condiciones sanitarias establecidas por las autoridades de las secretarías de Salud y de Cultura federales.