ARTES VISUALES

El Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo dedica ofrenda al arquitecto Luis Barragán

Boletín No. 811 - 31 de octubre de 2022
  • Permanecerá abierta al público hasta el 6 de noviembre en el recinto del Inbal

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, presentan la ofrenda de Día de Muertos para recordar al arquitecto Luis Barragán, la cual permanecerá hasta el 6 de noviembre.

Las ofrendas reflejan una visión de la muerte que ha identificado a la cultura mexicana, donde la religión, la cultura popular y el pasado histórico dan forma a una tradición que ha cobrado valor patrimonial.

Al centro de la ofrenda se observa una fotografía en blanco y negro de Luis Barragán y alrededor se muestran varios elementos que aluden al Día de Muertos. Barragán nació el 9 de marzo y falleció el 22 de noviembre de 1988 en su casa de Tacubaya.

Una ofrenda tradicional, la cual conjuga los cuatro elementos, porque se puede apreciar el papel picado como representación del aire, la maleabilidad, el viento; los vasos y vasijas de barro hacen alusión al agua como fuente de vida; las semillas como tributo a la Tierra; y las velas o veladoras representan el fuego como símbolo de la luz, la fe y esperanza.

El Día de Muertos es una tradición mexicana que data de la época prehispánica. La práctica actual proviene de la fusión con las fiestas católicas de Todos los Santos y de las Ánimas, que consisten en la celebración de la llegada de las almas que vienen del inframundo a visitar a sus familiares.

Las ofrendas se conforman de distintos elementos que varían en cada región, los altares de muertos funcionan como un puente entre los vivos y los muertos, un punto de encuentro con los seres queridos que ya no están y que visitan a los vivos la noche del 2 de noviembre para disfrutar de la comida, bebida y otros objetos de los que gozaron en vida. 

El arquitecto Barragán ingresó a la Escuela Libre de Ingenieros, de la que se graduó en 1923. Entre 1925 y 1926 viajó por Europa, en donde quedó especialmente cautivado por la Alhambra, en Andalucía, edificio que mencionó en su discurso al recibir el Premio Pritzker en 1980.

A mediados de la década de los treinta se mudó a la Ciudad de México y cinco años más tarde decidió incursionar en la arquitectura de paisaje. En 1945, junto con José Alberto y Luis Bustamante desarrolló el proyecto Jardines del Pedregal de San Ángel, integrando el suelo volcánico a la construcción arquitectónica.

El arquitecto, de 1939 a 1941, diseñó la casa taller de José Clemente Orozco en la calle Ignacio Mariscal, colonia Tabacalera. En 1947 comenzó la construcción de su propia casa habitación, uno de los sitios más emblemáticos de su trabajo, ubicada en los números 12 y 14 de la calle General Francisco Ramírez, en Ampliación Daniel Garza y que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

El 29 de octubre de 1985 se realizó la muestra retrospectiva Luis Barragán, arquitecto, diseñada por el estudio Barragán+Ferrara. En 1986 se convirtió en Miembro Honorario del Royal Institute of British Architects.

Las ofrendas se estructuran en tres niveles que representan el cielo, la Tierra y el inframundo, por medio del agua, la tierra, el viento y el fuego, de ahí que existan elementos fundamentales.

Algunos otros elementos que se pueden apreciar son: un arco que simboliza la puerta de entrada al mundo de los muertos; agua, la cual mitiga la sed de las ánimas después de su recorrido; la sal como purificación para que el cuerpo no se corrompa en su viaje; las velas son el fuego, la luz que alumbra y guía de regreso de las ánimas al lugar de la ofrenda.

El copal es la fragancia de referencia, oración y purificación; la flor de cempaxúchitl o de muerto, símbolo de festividad colorida, que aromatiza el lugar, es el camino de pétalos que guía a los difuntos del camposanto a la ofrenda.

El petate hace alusión al descanso y sirve como mantel para colocar las ofrendas; el pan representa el cuerpo; el retrato es la imagen del difunto, sirve para recordarlo; los platillos, la comida y la fruta hacen alusión a los tributos, se presentan los alimentos que eran del agrado del ser querido.