Niñas, niños y jóvenes podrán crear su propia versión de la pintura Las músicas dormidas, de Rufino Tamayo, en el MAM

- El formato puede ser un video para TikTok o Instagram; una propuesta de diseño de vestuario; una fotografía o cualquier otro medio creativo que presenten los participantes
La actividad virtual titulada Tamayo reinterpretado se llevará a cabo el viernes 12 de julio, a las 12:00 h, a través de redes sociales
En cierta ocasión el pintor mexicano Rufino Tamayo (1899-1991) señaló que “el cuadro no está en verdad terminado hasta que no se resuelve el problema que le dio origen. Ningún pintor que lo sea pinta igual durante toda su vida”.
Bajo este concepto es que en el Museo de Arte Moderno (MAM) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lanzó la actividad virtual titulada Tamayo reinterpretado, la cual se llevará a cabo el viernes 12 de julio, a las 12:00 h, a través de Facebook e Instagram.
Es una actividad dirigida a niños y jóvenes de 13 a 20 años que quieran reinterpretar, libremente, una de las obras más conocidas del pintor oaxaqueño: Las músicas dormidas, un óleo sobre tela de 135 x 195 centímetros, fechado en 1950.
El formato puede ser un video para TikTok o instagram; una propuesta de diseño de vestuario; una fotografía o cualquier otro medio creativo deseen presentar los participantes. La actividad será coordinada por el personal operativo del MAM y es gratuita.
Las personas participantes deben inscribirse al correo electrónico educativos@mam.org.mx o llamar al conmutador 55-8647-5530, extensiones 5274 o 5279.
A manera de introducción, cabe recordar que la pintura titulada Las músicas dormidas, de Rufino Tamayo, de acuerdo con especialistas, sugiere el rescate de los colores originales de la pirámide de Tenayuca, es decir el azul, el negro y el ocre, dependiendo de la orientación y los puntos cardinales.
Y según un texto del propio MAM, esa obra que tiene 74 años de haber sido pintada cohesiona el ideario visual de uno de los máximos representantes de la innovación formal.
Explica: “La paleta de color, restringida a negro, gris, azul y amarillo, tiñe el espacio donde yacen dos musas, de anatomía geométrica, en posición de descanso. A su izquierda, un muro hace las veces de cabecera. Una mandolina vigila su sueño. Al fondo se divisa el amanecer”.
Asimismo, agrega que la referencia musical de la obra proviene de algunos pasajes de la biografía del artista, desde su anhelo personal por ejecutar un instrumento, hasta su encuentro con su esposa Olga, cuando pintaba un fresco en la Escuela Nacional de Música.