ARTES VISUALES

EL MUSEO MURAL DIEGO RIVERA PROFUNDIZARÁ EN EL LEGADO DE EULALIA GUZMÁN, LA ARQUEÓLOGA NEGADA

Boletín No. 49 - 22 de enero de 2025
  • Participarán la artista Inda Sáenz, el historiador Jorge Veraza, la antropóloga Katina Vackimes y la titular del recinto, Valentina García Burgos, este viernes 24 de enero

Recordada como una mujer combativa e inteligente, pero también como una investigadora crítica y, sin embargo, relegada, el Museo Mural Diego Rivera, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en el marco de su exposición Sobre los huesos de Cuauhtémoc y Hernán Cortes. Diego Rivera y el gran debate sobre la mexicanidad, dedicará una charla en torno a la vida y trabajo de Eulalia Guzmán: “Reivindicación de una arqueóloga negada", este viernes 24 de enero, a las 18:30 horas.

“Eulalia Guzmán fue una historiadora y arqueóloga con mucho prestigio, pero, después de que se cuestionó su hallazgo de la tumba de Cuauhtémoc en Ixcateopan, Guerrero, fue muy desacreditada y, en consecuencia, olvidada”, explicó en entrevista la artista Inda Sáenz, que participará en la conversación junto con el historiador Jorge Veraza, la antropóloga Katina Vackimes y la titular del recinto, Valentina García Burgos.

Sáenz, quien se ha dedicado a investigar la vida y obra de Eulalia Guzmán, recordó que la arqueóloga mexicana fue una mujer sumamente culta: “Doña Eulalia, a quien conocí en la niñez, tiene una biografía y un trabajo interesantísimo, muy poco conocido”.

“Fue una mujer muy consciente, informada y tuvo actos revolucionarios; por ejemplo, acompañó a la viuda de Francisco I. Madero para intentar recuperar los restos del líder revolucionario y enterrarlos; cuando los zapatistas se encontraban en Xochimilco, les llevó armas ocultas bajo las enaguas”.

Recordó que también fue la mejor epigrafista de su época. Sabía francés, italiano e inglés y el gobierno de México la envió a Europa para hacer un registro de los códices y los tesoros mexicanos. “Ella es importante porque hizo mucha labor para recuperar el pasado histórico de México”.

Sobre su relación con el pintor Diego Rivera, comentó que hay investigaciones que mencionan cómo Eulalia le proporcionó códices y le informó sobre la historia prehispánica y, a partir de ello, entablaron una relación cercana. “Esto es algo que se puede ver en la exposición”, dijo.

La pintora recordó que Guzmán también escribió una severa crítica a las Cartas de Relación de Hernán Cortés y propuso una reflexión sobre los motivos de la Conquista desde una nueva visión (el libro fue reeditado en 2019, Una visión crítica de la historia de la conquista de México-Tenochtitlan), lo cual incomodó al gremio de historiadores.

Comentó que esta obra es “importantísima pero desconocida, también poco citada, incluso, por historiadores contemporáneos, porque hizo un trabajo detallado de comparación de fuentes donde dejó claro que Cortés mintió para justificar la conquista y la esclavización”.

Sáenz agregó que, a 500 años del asesinato de Cuauhtémoc, los cuales se cumplen el próximo mes de febrero, es necesario revisar este periodo histórico a través de una visión que incluya la propuesta de Eulalia Guzmán: “Ella se convirtió en una investigadora incómoda, porque era difícil que en ese momento, entre 1940 y 1950, en el medio de los historiadores e hispanistas, se aceptara lo que descubrió. Era incómoda y lo sigue siendo”.

Mencionó que la historia oficial dice que Cuauhtémoc es de Tlatelolco, pero ella descubrió los restos en Ixcateopan. La madre del líder mexica era de aquella región y su familia era parte de la organización política que tenían los pueblos de Anáhuac, que era comunitaria, de alianzas, de confederaciones y esto cambia el relato histórico, porque no era un imperio, como dijeron los cronistas, como dijo Cortés, sino algo completamente distinto.

Relató que en su libro, Guzmán analiza cómo Cortés, por su traición a Diego Velázquez y haber emprendido conquistas usurpando funciones reales, debió ser sentenciado a muerte. Sin embargo, adelantándose, y para ser perdonado, Cortés informó a Carlos I que en las nuevas tierras los nativos eran sodomitas, tenían esclavos y sacrificaban víctimas humanas a sus dioses. Estas eran precisamente las condiciones que la Corona española había puesto para poder esclavizar, de acuerdo con la Ley de las Siete Partidas.

“Una de las cosas que discute Eulalia Guzmán es que no había sacrificios humanos, sino que había ejecuciones, como las hubo en otras sociedades, ejecuciones militares, del enemigo, pero no de sacrificio a los dioses. Sí había otros sacrificios más simbólicos, como perforaciones en las orejas, pero es claro cómo Eulalia Guzmán presenta y argumenta una historia distinta”.

Inda Sáenz invitó al público a leer a la autora, pero también a darse cita en la exposición y la charla para conocer el trabajo de la arqueóloga. El Museo Mural Diego Rivera se ubica en calle Colón s/n, esquina Balderas, Centro Histórico, alcaldía Cuauhtémoc, a un costado de la Alameda Central. Abierto de martes a domingo, de 10 a 18 horas.