LA BÚSQUEDA DE LA BELLEZA FUE LA PRINCIPAL MOTIVACIÓN EN LA ARQUITECTURA DE VLADIMIR KASPÉ

Boletín No. 579 - 21 de mayo de 2025
  • Se llevó a cabo una mesa redonda en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en conmemoración del 115 aniversario del nacimiento del arquitecto

Más allá de haber sido un incansable buscador de la belleza, el arquitecto, pintor, músico y profesor universitario Vladimir Kaspé fue un ser humano valioso y generoso, siempre dispuesto a aprender de las nuevas generaciones.

En ello coincidieron la investigadora Louise Noelle, el arquitecto Homero Hernández y la arquitecta Rocío Martínez, durante la mesa redonda realizada en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, con motivo del 115 aniversario del natalicio de Kaspé. La actividad fue organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

 Rocío Martínez recordó que el primer maestro de Kaspé —nacido en 1910 en Manchuria y fallecido en la Ciudad de México en 1996— fue su padre, un hombre culto que le inculcó la búsqueda de la belleza.

“Fue un gran maestro universitario, pero le encantaba aprender; siempre se consideró un aprendiz de todo, luego de que, en la Escuela de Bellas Artes de París, estudiara y se enamorara de la ciudad y de su vida bohemia”.

La investigadora y defensora del patrimonio arquitectónico agregó que Kaspé también valoraba lo clásico, por lo que en su obra integraba elementos modernos sin dejar de reconocer la importancia del pasado.

Recordó que Kaspé llegó a México durante la Segunda Guerra Mundial, gracias al apoyo del arquitecto Mario Pani, quien lo invitó a impartir clases. “Era elegante y disciplinado. Fue, sin duda, el ideólogo de la Escuela Mexicana de Arquitectura”.

Recomendó la lectura de sus libros Arquitectura como un todo y Ventana abierta, los cuales encierran toda una filosofía sobre la arquitectura y la vida.

Por su parte, el arquitecto Homero Hernández, quien fue parte de la penúltima generación de estudiantes que tuvo clases con Kaspé, destacó que el maestro era una persona que buscaba la integridad en todo lo que hacía.

Resaltó ocho aspectos que lo definían: gran dibujante, viajero incansable, talentoso músico (que ofrecía conciertos junto al cellista Carlos Prieto), escritor, poeta constante, maestro, arquitecto de edificios deportivos, educativos y religiosos, y, sobre todo, una persona generosa.

Entre sus obras más representativas en la Ciudad de México se encuentran la Escuela Albert Einstein, la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, el Edificio Franco Mexicano de Polanco, desarrollos habitacionales en Chapultepec y la Colonia del Valle, el Súper Servicio Lomas y el Centro Deportivo Israelita, entre otros.

La investigadora Louise Noelle resaltó que la calidad de la arquitectura de Vladimir Kaspé fue por el uso de materiales que perduran, e invitó a los jóvenes estudiantes a visitar sus obras.

Finalmente, la arquitecta Dolores Martínez, subdirectora general del Patrimonio Artístico Inmueble del INBAL, afirmó que este tipo de mesas redondas permiten recordar a las grandes figuras de la arquitectura que dejaron una huella imborrable tanto en la memoria urbana de la Ciudad de México como en los recuerdos de sus familiares y colegas.