ARTES VISUALES

DIALOGAN SOBRE LOS DESAFÍOS DE LOS MUSEOS FRENTE A UNA SOCIEDAD EN CONSTANTE TRANSFORMACIÓN

Boletín No. 633 - 30 de mayo de 2025
  • Especialistas se reunieron en el Museo Tamayo para abrir un espacio de reflexión y autocrítica sobre el papel activo de estos recintos, en el marco del foro El museo como verbo

Una reflexión colectiva sobre la función social de los museos y sus vínculos con las comunidades y su entorno fue el tema central del foro El museo como verbo, que se llevó a cabo en el Museo Tamayo. El evento fue organizado por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Museos y del 44 aniversario del recinto sede.

En la primera mesa de diálogo, titulada El museo como esfera pública y social, participaron Marisol Argüelles, directora del Museo de Arte Carrillo Gil; Rosela del Bosque, curadora asociada del Museo Jumex; Xavier de la Riva, director del Laboratorio Arte Alameda; y Abril Zales, curadora en jefe del museo anfitrión. La moderación estuvo a cargo de Víctor Palacios, curador en jefe del Museo de Arte Moderno.

Durante su intervención, Palacios se preguntó por la relación actual de los museos con su entorno inmediato, una inquietud que —según explicó— ha estado presente durante décadas en el ámbito del arte contemporáneo. “Desde mi perspectiva, esta pregunta aparece continuamente porque no sabemos cómo responderla. En el fondo, tenemos la sensación de estar siempre varios pasos atrás de lo que sucede en nuestra sociedad y de las exigencias que ésta hace al museo. Creo que es una sensación y una certeza”.

Frente a este desafío, instó a tomar decisiones más complejas a nivel imaginativo, creativo e institucional. “Si no damos estos pasos, esta pregunta seguirá persistiendo indefinidamente”.

Por su parte, Marisol Argüelles destacó que durante la pandemia surgieron nuevas inquietudes sobre la vitalidad de los museos. “Nos preguntábamos cómo conectarnos con el público, y descubrimos que los museos tienen una capacidad de comunicación muy amplia. Todo ello nos llevó a darnos cuenta de que estos espacios son más importantes de lo que pensábamos para la sociedad”.

En su participación, Xavier de la Riva planteó que los museos deben arriesgarse con propuestas curatoriales y expositivas novedosas para estrechar el vínculo con la sociedad. En esa línea, Abril Zales dijo que el museo debe retomar conceptos de otras disciplinas profesionales, como el de “porosidad”, es decir, convertirse en una especie de membrana que permita permear e intercomunicar al museo con el público.   

Finalmente, Rosela del Bosque añadió que los museos han recurrido a redes sociales y nuevos medios para comunicar su función. “Creo que los museos también deben ser autocríticos, ya que los espacios independientes de arte recurren a otras lógicas que no siempre adoptan las instituciones”.

En la segunda mesa, titulada Desafiar el presente: la construcción de narrativas críticas, se abordó la idea del museo como verbo: una institución activa, en constante transformación, performativa y con una comunidad en permanente construcción. Participaron Andrea Torreblanca, directora del Museo Tamayo; Miguel López, curador en jefe del Museo Universitario del Chopo; y Tobias Ostrander, curador adjunto de Arte Latinoamericano Estrellita B. Brodsky en la Tate Modern. La mesa fue moderada por Christian Gómez, jefe de Programas Públicos del Museo Tamayo.

Andrea Torreblanca afirmó: “El museo no solo moviliza esferas sociales, políticas y culturales, también moviliza la psique, y es ahí donde es importante pensar, más allá de las temporalidades, cómo acciona el museo esta esfera”. Añadió que los museos hoy se conciben como pluridiversos y multidimensionales, con el reto de participar en múltiples esferas sociales. “Esto no solo es ambicioso, también significa otorgar demasiado poder al museo. Me gusta más pensar en él como un agente capaz de hacer micropolítica”.

Tobias Ostrander explicó que la Tate Modern actualmente está replanteando la organización de su colección y sus construcciones narrativas, a 25 años de su fundación. “En su inauguración, presentaron la colección en términos de temáticas que hasta hoy son las mismas, en una progresión lineal al estilo del MoMA. Los críticos dijeron que era una forma de esconder vacíos en la colección, pero para la Tate fue una manera de mezclar temporalidades con una visión transcultural. Actualmente, revisa cuál es la mejor manera de presentar su colección, si se continúa con este modelo temático o si se regresa a una estructura más histórica en el sentido tradicional”.

Por último, Miguel López compartió su experiencia en Lima, Perú, durante un contexto de conflicto armado interno y dictadura. “Esto me permitió entender cómo, en este contexto, el arte empezó a tener un rol importante en términos de reconstrucción de una esfera democrática, ocupando espacios públicos para dar cuenta de los estragos de la violencia y los mecanismos de reconstrucción”.