MÚSICA

EL PIANISTA ALFREDO ISAAC AGUILAR DEDICA CONCIERTO A RAVEL Y BEETHOVEN EN LA SALA MANUEL M. PONCE

Boletín No. 643 - 03 de junio de 2025

·         Dentro del ciclo De Francia para el siglo XX: Saint-Saëns, Ravel, Satie, el sábado 7 de junio en el recinto del Palacio de Bellas Artes

·         El programa incluirá obras de Bach-Marcello, Beethoven y Ravel

Como parte del ciclo de conciertos De Francia para el siglo XX: Saint-Saëns, Ravel, Satie, el pianista Alfredo Isaac Aguilar ofrecerá la sesión titulada A Ravel y Beethoven, el sábado 7 de junio a las 18 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Música y Ópera, el programa estará integrado por el Concierto en re menor, BWV 974, de Johann Sebastian Bach (Alemania, 1685–1750), a partir de la obra de Alessandro Marcello (Italia, 1673-1747).

El recital también incluirá la Sonata en do sostenido menor núm. 14, Op. 27 núm. 2, Claro de luna, de Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 – Austria, 1827), y Miroirs, M. 43, de Maurice Ravel (Francia, 1875–1937), en el marco del 150 aniversario de su nacimiento.

Alfredo Isaac Aguilar es uno de los pianistas mexicanos más activos de los últimos años. Su trayectoria abarca tanto la interpretación como solista de orquestas como en el ámbito de la música de cámara. Se formó en el Conservatorio Nacional de Música de México, la Escuela Normal de París Alfred Cortot y la Academia Internacional de Verano de la Universidad Mozarteum de Salzburgo. Obtuvo la maestría en interpretación por la UNAM y actualmente forma parte del grupo Concertistas de Bellas Artes, además de ejercer la docencia en el Conservatorio Nacional de Música.

Ganador del tercer gran premio del V Concurso Internacional de Piano Albert Roussel en Sofía, Bulgaria, Aguilar interpretará el Concierto núm. 3 en re menor, BWV 974, de Bach, una transcripción para teclado del Concierto para oboe de Alessandro Marcello.

La obra se caracteriza porque el primer movimiento tiene forma de sonata; el segundo es el famoso adagio, en el que Bach demuestra cómo ir consiguiendo un crescendo para ser interpretado en el clave; y el presto final refleja cómo fue capaz de traducir al teclado la obra del veneciano.

La crítica especializada ha señalado que Bach embelleció la obra de Marcello: “las pequeñas intervenciones de Bach son suficientes para dejar su huella inconfundible y, al mismo tiempo, resaltar aún más la belleza original del concierto de Marcello”.

Por su parte, la Sonata en do sostenido menor núm. 14, Op. 27 núm. 2, Quasi una fantasia, popularmente conocida como Claro de luna, se trata de una de las obras más famosas del autor, junto con el primer movimiento de la Quinta sinfonía, la bagatela para piano Para Elisa y la Novena sinfonía. El término Quasi una fantasia (casi una fantasía) hace referencia al distanciamiento de la forma respecto de la sonata clásica de Mozart y Haydn, que fue utilizado por Beethoven con cierta libertad.

Finalmente, el pianista interpretará Mirroirs, M. 43, que Ravel compuso para piano solo, entre 1904 y 1905, en cinco movimientos: Noctuelles, Oiseaux tristes, Une barque sur l'océan, Alborada del gracioso y La vallée des cloches. Cada uno de ellos está dedicado a sus compañeros del grupo de artistas vanguardistas Los Apaches, a manera de homenaje y con la intención de llevar a la música imágenes visuales y atmósferas de cinco personajes diferentes, cada uno mirando un espejo.