JUAN O’GORMAN, AUTOR DE UN LEGADO IMPRESCINDIBLE EN LA HISTORIA DE LA ARQUITECTURA Y EL ARTE NACIONAL

- Su obra articula una visión nacionalista con influencias del funcionalismo europeo
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, conmemoran el 120.º aniversario del natalicio de Juan O’Gorman, considerado uno de los grandes exponentes de la arquitectura y el muralismo mexicanos.
Nacido el 6 de julio de 1905 en la Ciudad de México, hijo del británico de origen irlandés Cecil Crawford O’Gorman y de Encarnación O’Gorman, vivió entre los cuatro y siete años en Guanajuato, lugar que influyó en su obra y que, años después, lo llevó a reflexionar sobre la importancia del entorno físico y geográfico en su pintura.
Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura, la cual se encontraba adjunta a la Academia Nacional de Artes Plásticas en la Academia de San Carlos, mientras trabajaba en la oficina de Carlos Obregón Santacilia, considerado uno de los primeros arquitectos modernistas de México. Asimismo, fue un destacado alumno de Guillermo Zárraga y del ingeniero José Antonio Cuevas, de quienes aprendió teorías y aplicaciones arquitectónicas prácticas que lo llevaron a convertirse en el primer arquitecto funcionalista en México.
A lo largo de su carrera como arquitecto, fue profesor del Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde fundó la carrera de Ingeniero Arquitecto. Trabajó en proyectos como la urbanización del Pedregal de San Ángel, donde construyó su propia casa —conocida como Casa-Cueva, Casa O’Gorman o Casa del Pedregal—; también diseñó y edificó el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, y creó más de 26 escuelas primarias.
En su faceta como muralista, O’Gorman buscaba establecer una comunicación directa con el pueblo mexicano. Entre sus principales obras destacan el mural de la Biblioteca Pública Gertrudis Bocanegra en Pátzcuaro, Michoacán (1941); Representación histórica de la cultura en la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria (1949-1951); y los mosaicos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) (1953), entre otros.
Además del emblemático mural de la UNAM, O’Gorman dedicó gran parte de su vida a la creación plástica, en la que abordó temas y personajes históricos, como los murales del Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Los paisajes que O’Gorman plasmaba en sus pinturas se influenciaron del entorno en el que vivió durante su infancia en Guanajuato. Miembro de la Academia de las Artes y galardonado con el Premio Nacional de Bellas Artes, Juan O’Gorman dejó un legado imprescindible en la historia de la arquitectura y el arte nacional.