MÚSICA

Fascina al público mexicano la pianista venezolana Gabriela Montero  en el Palacio de Bellas Artes

Boletín No. 662 - 28 de mayo de 2016

o   La Orquesta Sinfónica Nacional estrenó en México su Concierto latino para piano y orquesta, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto

o   La artista dio una muestra de su gran capacidad de improvisación

o   El programa se completó con la Suite de Estancia y la Cantata criolla

Abrumada, cansada, tal vez exhausta, pero feliz y sonriente por su reencuentro con el público mexicano, se manifestó la pianista y compositora venezolana Gabriela Montero luego del estreno en México de su Concierto latino para piano y orquesta, el viernes por la noche, en la sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

Este concierto, que se repetirá el domingo 29 de mayo a las 12:15 horas en el recinto de mármol, es el programa 11 de la Temporada 2016 de la Orquesta Sinfónica Nacional y estuvo dedicado al continente americano.

El público llegó puntual, no obstante la lluvia, y abarrotó el lugar. Todo comenzó con una enjundiosa dirección e interpretación de la Suite del ballet Estancia, del argentino Alberto Ginastera, y continuó con el estreno en México de la obra de la compositora venezolana.

La primera obra dejó un buen sabor de boca en los asistentes, quienes irrumpieron en aplausos cuando la compositora y pianista apareció en el escenario acompañada de su amigo y colega Carlos Miguel Prieto. En sus tres partes, el Concierto latino para piano y orquesta comenzó con breves solos de piano para luego seguir de manera apabullante con percusiones, muchas percusiones, y metales, pero también cuerdas y maderas.

Fue un concierto con temas rítmicos, pegajosos, líricos y a momentos también melancólicos. Una obra muy familiar para el público en  la que se escucharon notas de mambo, ritmos argentinos, especialmente, tango, ciertas influencias cubanas, algunas síncopas jazzísticas y, en el último movimiento, un allegro venezolano.

El público aplaudió generosamente la interpretación de la solista y de la orquesta entera, por lo que ella, la estrella de la noche, volvió al escenario a petición del público curioso por constatar la leyenda de Gabriela Montero: su virtuosismo para improvisar.

Así, pidió al público alguna melodía conocida. Algunos propusieron Cielito Lindo, otros, Estrellita, de Manuel M. Ponce, finalmente quedó La bikina de Rubén Fuentes. Para ello, la concertino Shari Manson y el violinista Mykyta Klochkov dieron una pequeña guía. Una vez que Montero escuchó la melodía se desató un “vendaval” de notas que pasaron de lo clásico, al jazz y al folklore, en una demostración de su capacidad para improvisar, misma que ha sido analizada por médicos especialistas en temas del cerebro y sus neuronas. La respuesta: un prolongado aplauso para la compositora.

Luego de este acontecimiento, Gabriela Montero se declaró exhausta, pero feliz de este reencuentro con el público mexicano. “Quiero decir que Carlos Miguel Prieto es un director maravilloso, al igual que la Orquesta Sinfónica Nacional”, expresó. “Este fue un concierto sin duda muy difícil, en el que nunca el piano tiene un descanso. Es muy complejo y agotador, pero estoy feliz por ello”.

Su Concierto latino para piano y orquesta, recordó, se estrenó hace unos meses en Alemania y en Austria, y ahora “lo tocamos aquí en México hoy y otra vez el próximo domingo en este grandioso espacio que es el Palacio de Bellas Artes de México, con un público muy cálido y entusiasta”.

Fiel a su compromiso con la humanidad, dijo: “Este concierto lo he dedicado al continente Americano, a su gente y a sus pueblos, a manera de homenaje. Busca festejar lo más hermoso y autóctono de las culturas latinas, pero también retratar las partes oscuras que forman parte de nuestra sociedad”.

Luego de esta intervención, el programa continuó para finalizar con la Cantata criolla (Florentino, el que cantó con el Diablo), del venezolano Antonio Estévez, obra en la que participaron, además, los venezolanos Idwer Álvarez (tenor) y Franklin de Lima (barítono), además del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, conducido por el maestro Jorge Córdoba.

La sesión se repetirá el domingo 29 de mayo a las 12.15 horas en el Palacio de Bellas Artes.

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