ARTES VISUALES

Diego Rivera re-visiones de Norteamérica  130 aniversario del nacimiento del artista

Boletín No. 876 - 08 de julio de 2016
  • La directora general del INBA, María Cristina García Cepeda, inauguró la muestra en el Museo Mural Diego Rivera
  • Sobresalen nueve piezas que prestó el Museo de Arte Moderno de San Francisco

“Con la muestra Diego Rivera: re-visiones de Norteamérica, la Secretaria de Cultura celebra, como uno de los primeros actos, el 130 aniversario del natalicio del muralista”, apuntó María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), al inaugurar la exposición Diego Rivera: re-visiones de Norteamérica la noche del jueves 7 de julio en el Museo Mural Diego Rivera, en representación del secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa.

Acompañada por la hija del artista, Guadalupe Rivera Marín; el nieto del creador guanajuatense y curador de la muestra, Juan Coronel Rivera, y el director del recinto, Luis Rius Caso, la titular del INBA dijo que, en esta exposición, la obra de Rivera “destaca como punta de lanza del arte de vanguardia en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX y subraya su importancia en ese país”.

Asimismo, resaltó de la muestra “nueve piezas que generosamente presto el Museo de Arte Moderno de San Francisco, así como algunos de los bocetos del mural que Rivera realizó en Detroit, los cuales son desconocidos en México y pertenecen a una colección privada de nuestro país”.

La exhibición incluye esplendidos dibujos que sirvieron de base para sus obras monumentales, así como estudios, fotografías y material documental que nos ayudan a comprender su gran invención creativa, refirió María Cristina García Cepeda, y agregó que también se pueden apreciar piezas de algunos de sus asistentes y alumnos, como Emmy Lou Packard y Pablo O’Higgins.

“La producción internacional de Rivera tuvo lugar a partir de 1916, año en el que comenzó a ejercer una notable influencia en jóvenes artistas estadunidenses, luego de tres exposiciones en la Modern Gallery de Nueva York”, finalizó la directora general del INBA.

Por su parte, Guadalupe Rivera recordó que los primeros años de vida del muralista transcurrieron en un poblado otomí. “Cuando preguntamos de dónde le nació a Diego Rivera el amor que tuvo por México y su población indígena, el deseo de saber cómo vivía y por qué se sintió siempre tan indígena, tan mexicano, es porque, desde muy temprana edad, empezó a vivir con ella, a conocerla y a apreciarla.

“A mi manera de ver, que no es jactancia, pienso que mi padre es uno de los cinco mexicanos que en los últimos tiempos más se ha dado a conocer en el mundo. Al cumplir 130 años de nacido, basta contemplar este mural (Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central) para saber cuánto conocía al país y su historia, lo que admiraba al pueblo mexicano y cuál fue siempre su verdadero ideal: que México fuera una nación grandiosa”.

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