La écfrasis y la hipotiposis son recursos que sirven para acercar la literatura a las artes plásticas: David García Pérez
Ciudad de México, 7 septiembre de 2016
Boletín núm. 1192
La écfrasis y la hipotiposis son recursos que sirven para acercar la literatura a las artes plásticas: David García Pérez
o El especialista impartirá la conferencia Narrar el mito: écfrasis e hipotiposis
o El jueves 8 de septiembre a las 17:00 en el Auditorio Adolfo Best Maugard del Museo Nacional de Arte
En el marco de la muestra De la piedra al barro. Escultura mexicana. Siglos XIX y XX, David García Pérez impartirá la conferencia Narrar el mito: écfrasis e hipotiposis, el jueves 8 de septiembre a las 17:00 en el Auditorio Adolfo Best Maugard del Museo Nacional de Arte.
David García, doctor en letras clásicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que “algunos recursos literarios trazan puentes, construyen diálogos y explican las relaciones entre diversas formas del arte.
“La écfrasis y la hipotiposis son dos de estos recursos que, entre otros usos, sirven para acercar la literatura a las artes plásticas. Son elementos que aparecen desde los tiempos de Homero; desde el célebre relato en el que se describe el escudo de Aquiles en la Ilíada”, señala el secretario académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
“Cuando el lector está frente a una descripción literaria capaz de trazar el puente con una imagen plástica, de suerte que la sensación visual –aunque pueden entrar en juego otros sentidos– es tal que la imaginación receptora construye el objeto descrito, entonces se puede hablar de una écfrasis. Así, por ejemplo, las imágenes de algunas vasijas griegas del siglo V muestran los mitos que los alfareros pudieron mirar en las representaciones de las tragedias griegas. Y viceversa: una imagen plástica puede ser llevada a la palabra y crear el mismo sentido.
“Por otro lado, cuando esa misma descripción es todavía más penetrante, gracias al lenguaje, al punto de crear la sensación del movimiento, del olor, del sabor, etcétera, entonces se habla de hipotiposis, es decir, el arte de colocar bajo los ojos del lector las sensaciones narradas.
“La escultura, como la pintura o la música, conversa con la literatura en cuanto que hay entre estas formas del arte una reciprocidad temática misma que desemboca en otra serie de elementos que forman parte ya de la técnica propia de cada disciplina. Por ejemplo, una escultura muestra la caída de Prometeo, lo mismo que Esquilo en su tragedia homónima puede describirnos con palabras la misma caída: uno se ve, el otro se lee. La riqueza interpretativa queda en la imaginación del receptor”.
De tal manera que los “los modos de narrar el mundo y sus componentes disponen de diversos recursos, entre ellos los del arte en sentido amplio. El mito como materia de las distintas artes tiene en la palabra su asiento principal. De hecho, el término mito refiere a la palabra en su aspecto narrativo: cuando el ser humano se explica el cosmos ab origine recurre al mito para contar su historia. Es por ello que muchos de los recursos estilísticos que hallamos en la literatura son propios del narrar primigenio que se halla en el mito.
“Así, cuando el mito se convierte en literatura, los autores tienen que echar mano de diversas construcciones del lenguaje para poder grabar –con palabras, del mismo modo que un escultor puede hacer en piedra– aquellos elementos de forma y de contenido que se requieren para poder transmitir tales relatos, imágenes, ideas, sentimientos, pasiones y un extenso etcétera que implica la complejidad del ser humano y de su contexto”, concluye García Pérez.
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