Bahía de sal, de Gabriela Guerra, una novela que rescata el esfuerzo de las mujeres de Latinoamérica
o Ganadora del Premio Bellas Artes de Literatura Juan Rulfo para Primera Novela, convocado por SC-INBA y los estados de Puebla y Tlaxcala
o Surgido de la pluma de la escritora y periodista cubano-mexicana
o Un texto de crecimiento y maduración humana en el duro contexto de algún rincón del Caribe o cualquier país de Latinoamérica: la autora
Con su libro titulado Bahía de Sal, la joven escritora cubana radicada en México Gabriela Guerra Rey, resultó ganadora del Premio Bellas Artes de Literatura Juan Rulfo para Primera Novela.
Convocado por la Secretaría de Cultura federal a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y los gobiernos de los estados de Tlaxcala, por medio de su Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, y de Puebla, por medio del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, dicho certamen está dotado de cien mil pesos y un diploma, los cuales se entregarán a la ganadora en fecha próxima.
Con el pseudónimo Aquitania, Gabriela Guerra Rey participó en el certamen con su novela inédita Bahía de Sal, un texto de crecimiento y maduración humana en el duro contexto de algún rincón del Caribe.
El jurado, compuesto por Maritza Buendía, Ethel Krauze y José Luis Martínez S., decidió otorgar por unanimidad el premio a dicho trabajo, “por su lenguaje poético y por la creación de un lugar (que deviene personaje) con tintes míticos”, según consta en el acta.
José Luis Martínez S. mencionó que en Bahía de Sal “hay una evidente calidad literaria. Es una novela con un lenguaje muy elaborado que te lleva dentro de la historia y está muy bien estructurada. Creo que responde a todos los cánones de la narrativa novelesca, esa fue una de las razones por las que nos decidimos por esta obra”.
Respecto al mismo texto, Maritza Buendía dijo que “sobresale respecto a las otras novelas por el lenguaje, la autenticidad de lo que se está narrando, la manera como te envuelve la historia y el ambiente; además cómo logra construir un pueblo con tintes míticos, yo creo que eso fue lo que finalmente nos atrapó”.
Se trata de una novela que seguramente se volverá entrañable por sus grandes lecciones y que bien puede ser un ejemplo de lo que se ha denominado bildungsroman, el género narrativo de aprendizaje, de educación sentimental de los protagonistas.
Gabriela Guerra Rey, nació en La Habana, Cuba, el 15 de octubre de 1981, y radica en México desde 2010, ya con la ciudadanía mexicana. Periodista, narradora y editora, realizó estudios de Economía en la Universidad de La Habana y de Periodismo en el Instituto Internacional José Martí / Universidad de La Habana. Actualmente dirige el sitio periodístico y literario A4manos.
En su novela Bahía de Sal, la autora plantea una serie de situaciones que parecen conjurarse para que María de la Sal, su protagonista y narradora, junto con su familia, enfrenten, en un lugar del Caribe, situaciones graves de vida, pues a pesar de las lluvias torrenciales de temporada, el lugar es árido y hostil. “Contra esa naturaleza despunta la vida con todos sus ritos, sus miserias y sus hallazgos”.
Aunque el libro da pie a diferentes interpretaciones de la realidad de cualquier país de Latinoamérica, inclusive desde los puntos de vista económico, político y social, Bahía de Sal destaca por su dimensión de género, toda vez que las mujeres que aparecen en la historia dan estructura, vida y sentido a una población, enfrentan batallas definitorias, toman decisiones fundamentales y deciden cuándo abandonar un lugar.
“De esa forma, articula, con valentía y espíritu poético, ese alzamiento perpetuo en que deben vivir las mujeres en casi cualquier latitud del continente. Bahía de Sal no cuenta la historia de una felicidad percibida retrospectivamente, sino la épica de una mujer que tiene la imaginación para inventarla y el apasionamiento para decidirse a construirla”, escribió el poeta y editor Jorge Ruiz Esparza.
A todo ello, habla la autora, Gabriela Guerra Rey: “Bahía de Sal es la historia de un pueblo cualquiera de nuestro continente, ubicada en el siglo XX, pero sin tiempo exacto ni lugar preciso. Allí todo ocurre de manera cíclica: las lluvias, las sequías, las migraciones, los retornos, las crisis, la vida, el amor, la muerte.
“Aunque el pueblo deviene protagonista, la narradora y personaje central, María de la Sal, contará su historia --y la de su gente-- como último recurso para rescatar un pasado que convertirá al futuro en un sueño promisorio, dándole a los habitantes de Bahía de Sal un derrotero allende el mar”.
A sus 35 años de edad, la autora aseguró que la novela surgió a partir del hecho de haber vivido por casi dos décadas en un pueblo de Cuba, su tierra natal, cuya geografía inspiró esta novela. “Después de todo ello, el relato se alimentó de las historias de muchos otros pueblos de la isla, de México --mi tierra adoptiva--, y de otras tierras de este continente”, dijo.
Su propósito fue “contar, a través de la ficción, pequeños y grandes dramas que tocan a millones de seres humanos en cualquier lugar del planeta --y seguramente en cualquier planeta, si hubiera vida en ellos.
“El arraigo a la tierra, a una historia, a un grupo; el hambre y sus demonios, la migración, las separaciones, son todos sucesos comunes que, sin embargo, representan el centro y la razón de vida de cualquier congregación humana”, destacó.
Por ello, no dudó en señalar que la novela ganadora bien podría dedicarla “a mi madre, que es mi persona preferida en el mundo; a mi padre, que me legó los genes de escritora; a Jorge, el primero en asegurarme que Bahía de Sal era una buena obra, y a los amigos y lectores que han creído en lo que escribo”.
Gabriela Guerra Rey consideró, por otro lado, que la existencia de certámenes como los Premios Bellas Artes de Literatura son fundamentales para que autores que no han tenido oportunidades con las editoriales que marcan la distribución literaria en el orbe, puedan darse a conocer: “Nos permite afianzar nuestras expectativas en el que es, a mi parecer, el mejor de los oficios: escribir”.
Finalmente, cuestionada acerca de los sentimientos que le despierta el ganar el Premio Bellas Artes de Literatura Juan Rulfo para Primera Novela, expresó: “Es una gran sorpresa recibir este reconocimiento que lleva el nombre de Juan Rulfo, el escritor de las letras mexicanas más cercano a mi corazón.
“No podría estar más agradecida, feliz y orgullosa por ello. Comparto el agradecimiento a las instituciones organizadoras, que trabajan por promover las bellas artes y, en este caso, especialmente la literatura, porque la literatura, creo yo, es imprescindible para dejar testimonio de nuestra historia humana y para tocar de luz las almas todas”.