Recuerda el INBA a piedra fundamental de la dramaturgia mexicana: El gesticulador de Rodolfo Usigli
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- Al cumplirse 70 años de su estreno se hizo una lectura dramatizada
- Participaron los actores Arlette Pacheco, Ángel Luna y Héctor Cruz Lara
- Con dicha obra, Usigli puso los cimientos del teatro moderno mexicano
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recordó el 70º aniversario del estreno de la puesta en escena de una de las consideradas piedras fundamentales de la dramaturgia e inicio del teatro moderno mexicanos: El gesticulador de Rodolfo Usigli.
La celebración se llevó a cabo en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes con una lectura dramatizada del primer acto de la obra a cargo de los actores Arlette Pacheco, Ángel Luna y Héctor Cruz Lara.
Los actores interpretaron a los diversos personajes que dan vida a esta obra polémica desde su origen, pero vigente hasta la actualidad por su alto contenido de crítica política en los años posteriores a la Revolución Mexicana.
En el escenario de la Sala Adamo Boari, los invitados trajeron a la memoria a un padre de familia de 50 años de edad, César Rubio, quien, decepcionado de la Revolución, busca tener el poder que no ha logrado al usurpar la personalidad de un revolucionario dado por muerto e involucrar en ello a toda su familia.
Junto a él están su esposa Elena, su hijo Miguel, su hija Julia, el profesor norteamericano Oliver Bolton y otros personajes envueltos en la ambición del protagonista.
La obra fue estrenada el 17 de mayo de 1947 en el Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección de Alfredo Gómez de la Vega. Su primera función fue un éxito, pero al poco tiempo fue censurada y sacada del escenario por considerar que se insultaba a la clase política, a sus instituciones y a la misma Revolución.
Previo a la lectura, Arlette Pacheco comentó al público que El gesticulador fue escrita en 1938, publicada en 1943 y llevada a escena en 1947. La obra, escrita en tres actos, dijo, “alcanza un gran poder de sugestión y dramatismo, porque no solo demuestra la pintura de una situación política, sino también la angustia íntima de toda una familia en las postrimerías del movimiento armado:
“Un padre mediocre y fracasado; el sentimiento de lealtad de la esposa, quien no se atreve a revelar un engaño; las vivencias de una hija ávida de afectos y orgullosa de su padre cuando en él se opera la metamorfosis hacia el poder y el dinero; los celos del hijo que quiere alejarse, pero también ávido de la verdad, una verdad a la que se opone su padre, y el fraude de la farsa política”, señaló la actriz.
Por ello mismo, agregó, Miguel grita la frase final de la obra: “La libertad”, y abandona la casa para huir de las sombras de César Rubio. “La puesta en escena dio origen a encendidas polémicas por su alto contenido político, pero dejando de lado eso, El gesticulador se distingue por su alta tensión dramática y el uso notable del lenguaje teatral, cualidades que la hacen una de las obras más importantes y celebradas de Rodolfo Usigli”, refirió la intérprete.
Posteriormente se dio lectura al primer acto de la obra, en el que César Rubio se lleva a vivir a su pueblo natal, a las orillas del desierto, a su familia, con lo que obtiene el reclamo de todos los que la conforman, hasta que casualmente aparece un investigador estadunidense que busca a quien, se dice, inició la Revolución Mexicana.
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