La pluralidad, esencia del arte escénico: David Olguín

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- Con el discurso Los sentidos del drama, ingresó como miembro de número a la Academia de Artes
- El escenógrafo Alejandro Luna dio la bienvenida al dramaturgo y director
- Olguín es renovador de los lenguajes teatrales, aseveró la directora general del INBA, Lidia Camacho
“El teatro es el arte de los sentidos. Pensar esta palabra en plural da cuenta de su esencia colectiva como representación del mundo, como reunión de especialidades que armoniza saberes”, dijo el dramaturgo y director de teatro David Olguín en su discurso de ingreso como miembro de número a la Academia de Artes.
En un acto celebrado en el Teatro El Milagro de la Ciudad de México, el nuevo miembro de la sección de Artes Escénicas de la Academia de Artes leyó su discurso, titulado Los sentidos del drama, en el que aborda diversos conceptos del teatro y de sus hacedores.
Acompañado por la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho; la secretaria académica de la Academia de Artes, Louise Noelle Gras, y Alejandro Luna, miembro de número de la Academia de Artes, David Olguín (Ciudad de México, 1963) consideró que la pluralidad es la característica del arte escénico.
Ante un auditorio lleno en su totalidad por familiares, amigos, parte de la comunidad teatral y público en general, el fundador del Teatro El Milagro lamentó de entrada que “el teatro no habita en nuestras nobles aspiraciones” en un mundo inmerso en lo comercial.
No obstante, hizo una defensa del arte escénico al señalar que no es resultado de sistemas de pensamientos cerrados. “La gente de teatro, al paso de los años y por la naturaleza misma de su oficio, desarrolla el privilegio de la autoconciencia. El teatro madura en nuestras vidas y nuestras vidas maduran en el teatro”, dijo parafraseando a su mentor Ludwik Margules.
“Esa pluralidad de puntos de vista que involucra el teatro es su más legitima razón de ser y es la materia que lo hace desde hace mucho tiempo: es contradicción, diversidad de planos y enfrentamiento entre la realidad y las verdades que afirmamos sobre ella”.
Sostuvo que en el teatro “no hay un solo sentido. Por sus vías avanzan sistemas ideológicos, religiones y filosofías”, de tal forma que “si el teatro implicara un sistema de pensamiento uniforme, no reflejaría la vida en su polifonía de voces”.
En su discurso pleno de fuerza poética, aseguró que “el teatro es el arte de los sentidos. Pensar la palabra en plural da cuenta de su esencia colectiva como representación del mundo, como reunión de especialidades que armoniza saberes para lograr un hecho escénico”.
Negó tajante que el teatro sea la vida, pero resaltó que es el arte que la representa de manera más certera: “Es presente que transcurre y se escapa; es arte efímero y es la fugacidad misma; es la búsqueda de sentido con su corolario, donde existir transcurre en presente: arte del tiempo, siempre en presente.
“Si el teatro es el arte más parecido a la vida, entonces también puede permitirse celebrar su sinsentido, nuestra desesperación, nuestro fracaso por ordenar el caos y por comprender lo incomprensible, (porque) es la materia prima de las grandes emociones y de los pensamientos imperfectos que habitan el ser”.
El teatro, como reunión de saberes y talentos que involucran escenografía, vestuario, iluminación, sonoridades y seres humanos, tiene el poder de despertar emociones y de transformar al ser humano, agregó.
“Si Dios y el diablo fueran espectadores del teatro, pronto se transformarían al punto de humanizarse y dejar de ser lo que son. Tal vez por ahí ronda uno de los misterios y sentidos del dramaturgo hoy en día: transformarnos para ser mejores seres humanos”, concluyó.
En su respuesta al discurso de David Olguín, el escenógrafo Alejandro Luna dio la bienvenida formal al dramaturgo y destacó la sabiduría de sus conceptos expresados, los cuales “deben compartirse con todos aquellos jóvenes que estén interesados en el arte escénico”, lo cual, resaltó Louise Noelle, se hará pronto a través de la página electrónica de la Academia de Artes.
David Olguín, renovador de los lenguajes teatrales: Lidia Camacho
El ingreso de David Olguín a la Academia de Artes fue celebrado por la directora general del INBA, quien no dudó en afirmar que “se trata de un reconocimiento a la destacada trayectoria del dramaturgo y director de escena por todos esos años de trabajo en las aulas y en los escenarios.
“El nuevo académico es un auténtico renovador de lenguajes del teatro, tanto en la dramaturgia como en la puesta en escena, y también en la promoción de nuevas voces y en la formación de nuevos profesionales del teatro”, aseveró Lidia Camacho, quien asistió en representación de la Secretaría de Cultura.
“Por su propia formación, por su interés de saber y conocer, y porque su talento se lo ha requerido, David Olguín ha tenido la oportunidad de andar por el mundo y alimentarse cada vez más de nuevas ideas, frescas e innovadoras, que lo han llevado a ser muy diverso dentro de su propia creación, algo muy positivo en un artista porque difícilmente se repite en sus trabajos. Siempre nos está sorprendiendo con propuestas nuevas e interesantes.
“David Olguín ha estado muy ligado al INBA desde hace mucho tiempo y en muchos sentidos: ha estrenado obras en teatros del INBA, en la Escuela Nacional de Arte Teatral es profesor y coordinador de la maestría en dirección escénica, y continuamente participa como invitado de la Compañía Nacional de Teatro, entre muchas colaboraciones más”.
En ese sentido, “lo consideramos de casa, de los nuestros, y me parece que también es un reconocimiento para el INBA, que tiene la fortuna de contar con su talento y experiencia en muchos proyectos”, finalizó.
La sesión cerró con la puesta en escena de la obra El mercader de Venecia de William Shakespeare, adaptada y dirigida por Olguín, e interpretada por Mauricio Davison, David Hevia, Esmirna Barrios, Fernando Álvarez Rebeil, Simona Chirinos, Marisol Castillo, Emmanuel Varela y David Juan Olguín Almela.
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