Recuerdan artistas al destacado poeta Raúl Renán

· Autores reconocen su labor y lamentan su muerte, ocurrida el pasado 14 de junio
· El domingo 9 de julio al mediodía en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se presentará unaplaquette con poesía del autor yucateco
El escritor Raúl Renán, fallecido el pasado 14 de junio en la Ciudad de México, deja un gran recuerdo entre ensayistas, poetas y narradores que lo conocieron y entre las nuevas generaciones para las que también fue guía inestimable en la exploración de nuevos mundos. Su obra literaria, su forma de apreciar la vida, su calidez humana y su desarrollo en el campo de la poesía son parte de la herencia que ahora lega y que lo mantendrá vivo como uno de los grandes poetas mexicanos.
“Ha sido una pérdida muy grande la de Raúl Renán, no solo como escritor, sino también como persona. Era de una generosidad extraordinaria. Pocos autores mexicanos se pueden jactar de tener esa capacidad de hacer amistades profundas como Raúl. Como escritor era uno de los poetas más inquietos de la literatura mexicana contemporánea, algo que se va a extrañar mucho”, dijo el escritor Mauricio Montiel.
Durante varias décadas, Renán dirigió el Taller de Poesía Experimental y ha sido uno de los pocos autores con un interés genuino por la experimentación en la poesía mexicana, algo que no es común, afirmó el también coordinador nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
“Su labor como maestro y forjador de muchas generaciones es muy importante y ellas deben a Raúl sus lecciones de literatura de vida. Uno de los libros fundamentales de Raúl es Gramática fantástica, una buena manera de acercarse a su obra y el cual se tiene que reeditar y dar conocer a las nuevas generaciones”.
Asimismo, anunció que el domingo 9 de julio al mediodía en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se presentará la sexta tanda de la colección Fervores de Parentalia Ediciones, que incluye una plaquette con poesía de Raúl Renán.
“Se me va un amigo después de habernos conocido, tratado y divertido; de haber hecho algunas travesuras y reírnos muchísimo. Aparte de ser una persona inteligente, Raúl tenía mucha sensibilidad, sentido del humor y agilidad mental. Nuestra relación era hablar de cosas serias, pero también de la vida cotidiana, la comida o la calle. Hablábamos de poesía. Le gustaba la de Quevedo, la de hispanoamericanos como Darío y Neruda, y de los mexicanos admiraba mucho a Rubén Bonifaz Nuño”, señaló, por su parte, el narrador Luis Chumacero.
“Los jóvenes no deben perderse los relatos de Raúl y el homenaje que le hizo a los griegos, donde jugaba con la manera en la que los hubiera hecho Homero en la Ciudad de México en el siglo XX. Recomiendo el libro Los urbanos, un experimento que hizo sobre cómo cualquier objeto puede ser motivo de un poema. En el volumen demuestra que los grandes poemas no lo son por los grandes temas, sino por la forma en la que se trata el tema”, sostuvo Chumacero.
Para la poeta Mariana Bernárdez, Raúl Renán (nacido en Mérida, Yucatán, el 2 de febrero de 1928) era un amigo entrañable que conoció hace tres décadas; “un hombre extraordinario con una bonhomía maravillosa y un gran animador de la vida cultural. Siempre estaba contento. Era un poeta actualizado y un escritor con lápiz. A pesar de la poética que existe alrededor de este objeto como un arma de pelea y batalla, veía a la computadora como su extensión y parte de lo cotidiano”.
José Luis Martínez, director del suplemento cultural Laberinto de Milenio Diario, reconoció la forma en la que el poeta vivió sin perder la curiosidad ni el asombro; su juego con la forma, la experimentación de la palabra y la búsqueda frecuente de nuevas formas expresivas: “Entre los amigos decíamos que era nuestro más joven poeta experimental. Fue un enamorado de la palabra y de la vida”.