ARTES VISUALES

Será recordado Antonio Ruiz El Corcito en el 125 aniversario de su natalicio

Boletín No. 1410 - 26 de octubre de 2017

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  • Con una mesa redonda organizada por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del INBA
  • El viernes 27 de octubre a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes
  • Desde la pequeñez de su obra gestó una gran monumentalidad: Guillermina Guadarrama
  • Artista, escenógrafo y educador, perteneció a una generación de artistas opacada por el muralismo

El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por medio de la Coordinación Nacional de Artes Visuales, conmemorará al artista, educador y escenógrafo Antonio Ruiz El Corcito en el 125 aniversario de su natalicio, con una mesa redonda que se llevará a cabo el viernes 27 de octubre a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

“Él perteneció a una pléyade de artistas que no destacó en su momento por la sombra con la que la cubrió el movimiento muralista mexicano, especialmente Diego Rivera. Sin embargo, su obra, como la de muchos artistas de su generación, que viene desde Julio Ruelas, fascina a cualquiera”, señaló la especialista en arte mexicano Guillermina Guadarrama, una de las participantes en la mesa redonda.

Nacido en 1892, en Texcoco, Estado de México, El Corcito es reconocido por una cualidad significativa en su obra: “Pintaba en chiquito, pero en esa pequeñez fue un artista que gestó una gran monumentalidad y un discurso plástico.

“Agudo observador de la realidad mexicana, fue uno de los que destacó sin tener un tema eminentemente social. Su obra de caballete, más costumbrista e ingenua, muestra su excelente trabajo dibujístico. Su pintura es muy profesional y elaborada. Tardaba mucho en realizarla porque la iba pensando, diseñando poco a poco”.

Hay dos aspectos importantes que resaltar en su trayectoria: fue un gran educador y escenógrafo, agregó Guadarrama. “Los artistas plásticos de esos años tenían un campo de trabajo mucho más amplio. Colaboraban en teatro, cine y danza con grandes escenografías. El Corcito incluso trabajó para Hollywood.

“Este quehacer lo realizaba a la par de su trabajo como educador. Fue el primer director de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Durante su gestión la llevó a ser una de las más importantes en México. En poco tiempo elevó su nivel, con los mejores maestros y planes de estudio innovadores.

“El modelo que implementó duró mucho tiempo. Atrajo a los artistas más importantes y permitió una apertura en la enseñanza. Incluso, fue una labor que extendió al Instituto Politécnico Nacional, dentro del área de Arquitectura y Urbanismo, donde se convirtió en el primer maestro de maquetismo.

“Tal vez ese amplio espectro de trabajo lo obligó a hacer menos obras de caballete. Produjo muy poco, pero las piezas que hizo son maravillosas, porque nos narran ese México que se fue, más tradicional, incluso con humor, ironía y sarcasmo. Yo creo que disfrutaba muchísimo haciendo sus cuadros”.

No estuvo en contra ni a favor del muralismo, añadió la especialista. “No perteneció al muralismo, pero dialogó con sus representantes. Fue muy amigo de Diego Rivera y Frida Kahlo, con quien tenía una correspondencia preciosa. Fue un artista tan inteligente que se burlaba de las mismas temáticas del muralismo en su obra.

“Uno podría pensar que tuvo influencia de Rivera, pero no fue así. Tiene obras que lo relacionan al movimiento, como La huelga, donde el orden de la escena deja ver su mirada a la sociedad: por un lado, está el pueblo, de rostros limpios, con un trazo muy respetuoso y cuidado, y por otro, los líderes, de caras desagradables. Esto nos dice que creía en el pueblo, en la limpieza de la lucha de la gente”.

Para la investigadora, una efeméride como esta es buena oportunidad para reaprender de esa generación perdida que se está revalorando: “Ahora, incluso, se está investigando de forma internacional. Al redescubrir a esta generación veremos propuestas muy ricas, técnica y temáticamente hablando. Hay que aprender de ella y mostrarle al público que dentro de nuestra tradición plástica hay mucho más que Diego Rivera”.

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