LITERATURA

Con su obra, José Luis Martínez dio congruencia a la producción ensayística mexicana y conformó una literatura nacional

Boletín No. 46 - 18 de enero de 2018
  • Coincidieron Leticia Romero Chumacero, María Emilia Chávez Lara y Liliana Weinberg en la charla José Luis Martínez, curador del ensayo mexicano 

Como parte de las actividades para conmemorar el centenario del nacimiento del escritor e investigador José Luis Martínez, el martes por la noche en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia (CCLXV), se realizó la charla José Luis Martínez, curador del ensayo mexicano.

Con la presencia del embajador José Luis Martínez Hernández, hijo del homenajeado, las escritoras e investigadoras Leticia Romero Chumacero, María Emilia Chávez Lara y --a través de un mensaje enviado-- Liliana Weinberg, abordaron la labor realizada por el también académico, diplomático, editor y humanista en beneficio de las letras nacionales, siendo calificado en su tiempo por Gabriel Zaid como el “curador de la literatura mexicana”.

En un texto titulado José Luis Martínez y sus ensayos académicos sobre el siglo XIX, la doctora Leticia Romero Chumacero, especialista en literatura hecha por mujeres, dijo que el trabajo de José Luis Martínez va más allá de su admiración y respeto, y se convierte en gratitud y cariño, ya que su propia labor académica ha sido influida por la del homenajeado.

Externó además su admiración al percatarse que, a contrapelo, con sus ensayos y biografías, Martínez “exhumó” los nombres de publicaciones literarias y diversos autores liberales que habían sido mantenidos en el olvido por aduladores del régimen porfirista calificándolos de “traidores de la patria”, entre ellos, Manuel Acuña, Ignacio Ramírez, Manuel Gutiérrez Nájera, Ignacio Manuel Altamirano y otros.

Insistió que José Luis Martínez realizó una notable labor de rescate de la literatura mexicana del siglo XIX y, además, fue capaz de exponer una serie de “tareas” a futuro para los investigadores en el sentido de “reconocer su pasado” y abordar temas pendientes como el de la literatura en lenguas indígenas, del período colonial y del siglo XIX. Por ello, agregó, Martínez hizo grandes registros literarios y con generosidad los ofreció a sus colegas para ese fin.

“Los ensayos académicos del maestro de José Luis Martínez son la expresión cordial, serena de su amor por las palabras (…) lo que nos recuerda que la investigación en la literatura mexicana es un ejercicio vital, exploratorio, placentero, lleno de sentido histórico, ético y estético”.

En un texto leído por Héctor Orestes Aguilar, coordinador del CCLXV, Liliana Weinberg se refirió a la labor de José Luis Martínez como “curador” del género ensayístico mexicano, ya que con sus dos tomos de El ensayo mexicano moderno (1958) logró darle orden y coherencia a una vasta e importante producción de ensayistas mexicanos de los siglos XIX y XX.

Destacó que para realizar tales volúmenes tuvo que analizar, investigar, recopilar la información disponible, clasificar y tomar decisiones como quién sí y quién no, una labor titánica; asimismo, resaltó la convicción de Martínez de que el ensayo como género es propiamente “una literatura de ideas”.

En su momento, la doctora María Emilia Chávez Lara se refirió al grupo de los ensayistas modernistas de principios del siglo XX, que no obstante las críticas que recibían (“el ensayo como género menor”) trataban de lograr “un proyecto de nación” a través de la Revista Moderna.

Subrayó que en su opinión el ensayo es más que nada “un temperamento”, propio de quienes se cuestionan el porqué de la vida y la existencia.  Afortunadamente, dijo, “José Luis Martínez nació ensayista y gracias a su curiosidad por las letras mexicanas tenemos hoy lo que los modernistas tanto desearon: una literatura nacional”.

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