MÚSICA

A 40 años de su debut, regresa al Palacio de Bellas Artes el flautista mexicano Horacio Franco

Boletín No. 389 - 06 de abril de 2018
  • Acompañado por la Capella Barroca de México, el flautista se presentará el 14 de abril a las 19:00

Aderezada con música que interpretó en su flauta, Horacio Franco ofreció una conferencia de prensa en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes donde compartió anécdotas y experiencias que ha vivido en 40 años de trayectoria musical, misma que festejará con un concierto titulado Horacio Franco, 40 años de carrera. Conciertos de Antonio Vivaldi que se llevará a cabo el 14 de abril, a las 19:00, en la Sala Principal del coloso de mármol.

“Cuando debuté en el Palacio de Bellas Artes, nunca imaginé que 40 años después iba a estar en una conferencia de prensa con todos ustedes. Para mí, mi vida es la música. Cuando descubrí la música clásica a los 11 años y mi talento para la flauta, no me imaginaba haciendo otra cosa, estoy muy contento con mi vida porque hago lo que me gusta. La música es mi medio de expresión, con ella transmito mis emociones”, reconoció el flautista mexicano.

Horacio, quien se ha presentado tanto en grandes escenarios internacionales como en barrios humildes, recordó y agradeció a sus maestros, habló sobre la metodología pedagógica, compositores a los que admira, pero sobre todo conversó de la forma en la que se inició en el mundo de la música.

Acompañado por la agrupación fundada por él hace 25 años, la Capella Barroca de México, Horacio Franco interpretará siete conciertos de Vivaldi. El músico explicó que es un programa muy difícil pero que aún cuenta con la condición física para interpretar lo que denominó como un tour de force.

Dijo que la segunda obra que interpretará, Concierto en la menor para flauta de pico de Antonio Vivaldi, es con la que debutó en el Palacio de Bellas Artes como solista, acompañado por la Orquesta de Cámara del Conservatorio Nacional de Música.

Ese concierto me cambió la vida, afirma Franco, a pesar de que me temblaban las piernas, me forjó para darme cuenta de que eso es lo que quería hacer.

Recordó que su pasión por la música nace en 1975 cuando escuchó a una compañera de la secundaria tocar el piano. “Escuché la Sonata Facile KV 545 de Mozart, fue la gran epifanía, una revelación de que la música era lo que yo quería en la vida, me volví un freak de la música barroca”.

Mencionó que en aquella época compraba en una tienda de autoservicio discos de música clásica por 9 pesos y escuchaba la estación de radio XELA que programaba música barroca.

Más adelante rememoró que en el Conservatorio Nacional de Música (CNM) no existía en 1977 la especialidad en flauta de pico, entonces tomó violín mientras continuaba con sus estudios de flauta en forma autodidacta. Finalmente se decidió a pedirle su debut como solista al director de la Orquesta de Cámara del Conservatorio Nacional de Música, quien lo escuchó interpretar en su flauta la pieza de Vivaldi y le permitió presentarse acompañado por la Orquesta.

A sus 16 años se convirtió en maestro del CNM y antes de partir a Holanda para estudiar en el Conservatorio Sweelinck, de Ámsterdam, también fue docente en la Escuela Superior de Música.

Mis papás querían que yo fuera médico, abogado o ingeniero; pensaban que como músico me iba a morir de hambre, recordó. “Me costó mucho trabajo que mis padres aceptaran mi decisión”.

Por ello, lanzó un llamado a los padres para que enseñen a sus hijos a encontrar su pasión y casarse con ella. Comentó que hacen falta especialistas en orientación vocacional. Afirmó que hay muchas carreras y especialidades en muchos ramos y una excesiva ponderación de unas cuantas.

Refirió que el plan para este 2018 era preparar el concierto de celebración, continuar con el posicionamiento de la Capella Barroca, hacer adaptación para flauta de obras que se escribieron para otros instrumentos y continuar con sus viajes.

Respecto a la música, Horacio Franco señaló que un intérprete recrea la obra que hizo un compositor y que en todo el mundo los sentimientos son los mismos, por lo que cualquier persona puede sentir lo mismo cuando escucha a Mozart, Rossini, Verdi, sea un melómano o no, y que el músico debe tener las técnicas para expresar esas emociones que escribieron los compositores.

“Los músicos no hacemos casas o coches, hacemos un bien espiritual y emocional, algo más intangible”.

La vida siempre me ha dado felicidad, es igual de maravilloso tocar para una reina que para una señora descalza que no sabe quién es Vivaldi, comentó, y reafirmó que continuará intentando influenciar a adolescentes y preparatorianos, que en ocasiones son resagados, ya que, dijo, a ellos hay que bombardearlos con cultura que los transforme.

---000---