Se hablará de la relación intelectual entre Guadalupe Amor y Alfonso Reyes
- Como parte de las actividades que conmemoran el centenario del nacimiento de la poeta mexicana
- Participará Michael Schuessler y, como moderador, Javier Garciadiego
- Miércoles 30 de mayo a las 19:00 en la Capilla Alfonsina
“De Alfonso Reyes todo el mundo sabe que él adoraba a las jóvenes creadoras mexicanas y siempre las tenía cerca”, dice Michael Schuessler en entrevista al recordar a las mujeres escritoras que colaboraron con el regiomontano universal.
La reconocida cuentista Amparo Dávila trabajó como su secretaria, por ejemplo, y Guadalupe Amor también mantuvo una relación intelectual muy importante con él. Sobre este tema hablará Schuessler en la charla La relación de Pita Amor y Alfonso Reyes, que será moderada por Javier Garciadiego este miércoles 30 de mayo a las 19:00 en la Capilla Alfonsina.
“Honestamente creo que le tomó por sorpresa a Reyes la aparición de Guadalupe Amor. Se dio como casi de la nada. Alfonso Reyes la alabó y lo sabemos por esa cita famosa: ‘nada de comparaciones odiosas, aquí se trata de un caso mitológico’. En mi libro rescaté la versión completa, que es todo un párrafo sobre Pita”.
No pocos fueron los que descreyeron la autoría de esos primeros poemas que aparecieron publicados en Yo soy mi casa (1946): “Casa redonda tenía/de redonda soledad:/el aire que la invadía/era redonda armonía/de irrespirable ansiedad”. La anécdota cuenta que esos versos los escribió Pita con un lápiz para pintar las cejas y sobre una servilleta, tan naturalmente como si de un dictado se tratara.
“Pero que Alfonso Reyes haya escrito sus versos no es cierto”, asegura Michael Schuessler, quien se convirtió en su biógrafo y publicó Guadalupe Amor: la undécima musa en 1995. “Juan José Arreola me lo dijo en una entrevista de hace unos años. Ella tuvo su propio desarrollo, fue algo rapidísimo, insólito, pero Pita es Pita y ella escribió cada uno de sus versos. Guadalupe y Arreola eran cómplices, excéntricos a su manera; eran vecinos en la colonia Cuauhtémoc, ella decía que vivía entre duelo y pánico, o sea entre las calles Lerma y Pánuco. Arreola trabajó con ella en la formación de su única novela que lleva el título que su primer libro de poesía: Yo soy mi casa”.
Michael Schuessler mantuvo comunicación estrecha con Pita Amor desde que él era estudiante de literatura del Siglo de Oro español hasta que se fue a Los Ángeles en 1999 después de ganar una beca. “A veces me hablaba a deshoras para platicar, pero no del pasado. Siempre le gustaba hablar de lo que tenía pendiente, de lo que iba a hacer al día siguiente; que iba a salir a vender sus paquetes, a vender sus poemas, ella era la vida que imita al arte, totalmente.
“Era muy impredecible, difícil, exigente, excéntrica, clasista, ofensiva con la gente común y corriente. Pita era de pocas pulgas y entonces no aguantaba nada de nadie, no le importaba que fuera Octavio Paz o Carlos Fuentes. Ella vivía por sus pistolas, fue víctima del ninguneo, cosa que ella jamás reconocería, porque veía a todos los demás por debajo, a Paz a Monsiváis…”
Sobre la relación con Alfonso Reyes, enfatiza que también hubo una relación de amistad entre ellos, y aunque casi no le hablaba de él, sí hay documentos que avalan su admiración, como un perfil periodístico que ella escribió en la revista Siempre! en los años 50.
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