ARTES VISUALES

Recordarán en Bellas Artes al artista Pedro Coronel a 97 años de su natalicio

Boletín No. 640 - 29 de mayo de 2018
  • Con una conferencia a cargo de Jorge Reynoso Pohlenz, quien hablará sobre la trayectoria y aportaciones del destacado pintor y escultor zacatecano
  • Lunes 4 de junio a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce

Con motivo del 97 aniversario del natalicio del artista Pedro Coronel, el Instituto Nacional de Bellas Artes lo recordará con una conferencia que pondrá en valor el legado del zacatecano, cuya producción plástica abreva de la estética prehispánica, a la vez que se reapropia de las vanguardias universales de la modernidad.

La conferencia Pedro Coronel. Modernidad ancestral, a cargo del curador Jorge Reynoso Pohlenz, se llevará a cabo el lunes 4 de junio a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Nacido el 25 de marzo de 1921, Coronel comenzó sus estudios en arte a los 18 años de edad, en la Escuela de Escultura y Talla Directa, hoy Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, donde se inició como escultor con los reconocidos artistas Juan Cruz y Francisco Zúñiga.

Diego Rivera, quien también formaba parte del cuerpo docente, alabó su obra desde el primer momento. Del muralista, además, recibió influencia directa, pues de acuerdo con una entrevista realizada a Coronel en 1981, Rivera le enseñó a encontrar las formas de la escultura prehispánica en su propia escultura.

Luego de concluir su formación artística, se trasladó a París en 1946, donde permaneció alrededor de dos años. Allí, contrario a la creencia de Rivera, quien tiempo atrás lo había desanimado de viajar a Europa, con el argumento de que al alejarse del país perdería la esencia y las raíces mexicanas, paradójicamente, el descubrimiento de la pintura universal le dio a Coronel una compresión más honda del arte de su pueblo.

En Francia entabló una cercana amistad con Octavio Paz y frecuentó los talleres de los artistas rumanos Victor Brauner y Constantin Brancusi. Además, se relacionó con el pintor de origen ruso Serge Poliakoff. Todos ellos influyeron en su proceso artístico.

Con Brancusi coincidió en la búsqueda de la esencia de la forma en la escultura, así como en la predilección por el arte africano y precolombino. Con Brauner se nutrió del surrealismo que interrelacionaba magia, alquimia y fenómenos psíquicos, retomando un simbolismo erótico con elementos surrealistas. Mientras que con Poliakoff ahondo en la experimentación colorística propia del cubismo órfico que exaltaba la luz y la composición musical de los colores.

Pedro Coronel realizó su primera exposición individual en 1954, en la Galería Proteo; sin embargo, fue hasta 1959 que con su exposición Los habitantes, en el Salón de la Plástica Mexicana, logró consagrarse como un artista en cuya obra se expresaba una búsqueda incesante de los temas de la humanidad milenaria: la relación de la muerte con la vida, la naturaleza, lo divino, la sensualidad y el erotismo. Todo por medio de formas abstractas de origen precolombino y tribal delimitadas por líneas estilizadas y audaces colores de gran intensidad cromática.

En 1977, Pedro Coronel fue nombrado “Hijo predilecto” del estado de Zacatecas y “Alumno distinguido” por la Universidad Autónoma de Zacatecas. En 1984 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas. Entre los reconocimientos que alcanzó a lo largo de su trayectoria destacan también el Premio de Pintura José Clemente Orozco y la Mención Honorífica Especial en Escultura, en la Segunda Bienal Interamericana de Pintura, Escultura y Grabado, en el Palacio de Bellas Artes.

De acuerdo con la historiadora de arte Laura González Matute, la obra de Pedro Coronel “nos invita a transitar por un mundo de color, textura, primitivismo y conceptos filosóficos ancestrales, que nos renuevan el desasosiego por descubrir las incógnitas del origen del ser, de las pasiones eróticas, de los furores bélicos y de nuestro ineludible camino hacia la muerte”.

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