LITERATURA

A 150 años de su nacimiento se recordará a Ángel de Campo Micrós

Boletín No. 864 - 07 de julio de 2018

A 150 años de su nacimiento se recordará a Ángel de Campo Micrós

  • Autor que nos legó una obra artística, inteligente y crítica, que asimila lo mejor de la tradición literaria mexicana: Dulce María Adame
  • La escritora participará junto con Rafael Olea Franco y Blanca Estela Treviño en una charla organizada por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA
  • El martes 10 de julio a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Entrada libre

El realismo y la melancolía son dos elementos a los que Ángel de Campo Micrós recurre en sus relatos y poemas, así como a la Ciudad de México, el escenario principal de las crónicas en las que retrata la miseria y la injusticia. Para recordar los 150 años de su natalicio, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por medio de la Coordinación Nacional de Literatura, llevará a cabo una charla en la cual participarán Dulce María Adame González, Rafael Olea Franco y Blanca Estela Treviño García. Se realizará el martes 10 de julio a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Dulce María Adame, maestra en Letras Mexicanas, considera que es fundamental restituir el trabajo de los escritores del siglo XIX mexicano en la formación literaria del público general. “Conocer la visión que ofrece Ángel de Campo de ese México en transformación, en pleno Porfiriato, empeñado en la modernización del país, pero en un contexto de grandes contrastes, permite, por asociación, darnos cuenta de cómo ha sido el desarrollo de nuestro país hasta el día de hoy, en un estira y afloja entre modernidad y tradición, entre vicios y virtudes, entre el anhelo de madurez económica, social y cultural, lo que en su época constituía la idea de progreso”, dijo en entrevista.

Adame comenta que el legado que Micrós dejó en la literatura fue una obra de “gran calidad literaria”, así como un estilo propio, ágil, sincero y ameno: “Ángel de Campo nos legó una obra artística, inteligente y crítica, que asimila lo mejor de la tradición literaria mexicana: Lizardi, Zarco, Cuéllar; que, a su vez, se convierte en modelo y guía para escritores posteriores como Revueltas, Monsiváis, por mencionar algunos, en cuanto al ejercicio de la crónica se refiere. Su obra es relevante en el desarrollo de géneros como la novela y la crónica, su rescate y estudio es fundamental para la elaboración de nuestra historia literaria”.

Ángel de Campo además de escribir cuentos, novelas y poesía, se desempeñó como periodista y colaboró en El Liceo Mexicano, El Partido Liberal, Revista de México, Revista de la Sociedad de Artes y Letras, El Nacional, El Mundo Ilustrado y El Imparcial.

“Ángel de Campo desarrolló su actividad literaria y periodística en un contexto de convivencia de distintas corrientes literarias: modernismo, realismo, naturalismo y romanticismo (porque en México, las corrientes no se suceden unas a otras, sino que se presentan al mismo tiempo, es lo que se ha llamado el eclecticismo de la época); todo ello se encuentra en su obra, aunque generalmente se le asocia más con el nacionalismo, derivado de los postulados de su maestro Ignacio Manuel Altamirano, y con el realismo. Pero es cierto que debemos volver a leer la obra de Ángel de Campo más allá de la idea de eclecticismo y leerla también en sus diferentes vertientes, a partir de la configuración de sus dos seudónimos, el de Micrós, mucho más conocido, y el de Tick-Tack, cada uno con su propia personalidad reflejada en sus textos”, comentó Adame.

Dulce considera que la obra de Ángel de Campo sigue vigente, que ofrece una visión crítica de la sociedad en la que todavía se escuchan ecos de lo que fuimos y de lo que aún hace falta mejorar.

“Si bien Micrós se lamenta de las condiciones de miseria, de la pobreza, del dolor, siempre fue crítico en sus cuentos y en la novela. En las crónicas me parece que hay un cambio de perspectiva en la que se puede vincular sobre todo con su seudónimo Tick-Tack, donde definitivamente dice basta de compadecerse y comienza a señalar con mayor puntualidad, de forma punzante, mediante la ironía, los vicios y los defectos de la sociedad, ese arraigo a ciertas costumbres que no permitían el crecimiento moral, económico y cultural que buscaba el proyecto modernizador porfirista, que también es objeto de señalamientos por parte del autor, por esa  falta de conciliación entre lo ideal y lo real, entre el proyecto y la sociedad”, finalizó.

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