#Bailemos reunió a siete importantes compañías, institucionales e independientes, de danza en México en un escenario
- La riqueza de la danza clásica, folclórica y contemporánea, se desplegó en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, recinto que lució lleno
El diálogo entre la danza contemporánea y la folclórica pocas veces logrado, la retroalimentación artística, la convivencia, la oportunidad de ofrecer un banquete al público, el reconocimiento y la celebración de la vida, fue parte de lo que valoraron algunos participantes de las siete compañías reunidas este fin de semana en #Bailemos, un encuentro organizado por el Ceprodac del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque.
Subieron al escenario el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, Compañía Juvenil de la UNAM / DAJU, Taller Coreográfico de la UNAM, Danza Visual, Dispositivo Creacional, Compañía Nacional de Danza, Compañía Danza Capital, Compañía de Residencia Artística del Centro Cultural Ollin Yoliztli y Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac).
Ricardo Alejandro Barranco Omaya y José David Rosas Andrade, bailarines del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, comentaron que participar con Ceprodac ha sido importante para ellos porque el encuentro genera un diálogo entre la danza contemporánea y la folclórica que muy pocas veces se logra en la escena dancística del país.
“Presentar diferentes disciplinas, como el folclor mexicano, la danza contemporánea y el clásico, propicia una retroalimentación que a fin de cuentas es danza, es un arte que todos compartimos y es grato ver el talento de los compañeros bailarines dentro de su género”.
La maestra Cecilia Lugo, de Danza Capital, destacó la realización del encuentro para celebrar la danza, la vida, el momento que estamos viviendo y conocernos cordialmente en un escenario, mostrando cada quien lo que sabe hacer.
“Para el público es interesante ver las diferentes compañías, sus estilos y propuestas y considero que se deberían hacer más encuentros, voto por ello. Debería instaurarse de manera permanente, quizá cada dos o tres meses, porque para el público ver esta diversidad dancística en una sola sentada es un banquete, un festín”. Rafael González, del Ceprodac, para quien la cultura es lo que le da visibilidad a un país, expresó que un encuentro de esta naturaleza genera una comunión, una fiesta de la danza.
Comentó que si bien, #Bailemos reunió a compañías institucionales, como las del INBAL y la UNAM, dio cabida de igual forma a las compañías de danza independiente, por lo que espera que este encuentro se realice nuevamente en un futuro.
Por su parte, a la maestra Andrea Chirinos, directora de la Compañía Juvenil de la UNAM, le dio gusto la invitación para participar. “Es padrísimo que los bailarines convivan con otras compañías, porque normalmente nuestro público es universitario y acude a espacios abiertos, pero venir hoy, al teatro, bajo las luces, es muy rico”.
Diego Vázquez, director del Taller Coreográfico de la UNAM, resaltó la importancia de realizar estas actividades para la vida cultural de México, en un momento de transición. “Es una idea extraordinaria para fortalecer los lazos institucionales”.
Cuando Ceprodac lo propuso, inmediatamente dije que sí porque me parece importantísimo unir fuerzas. Ver el Teatro de la Danza lleno, como hoy, no es fácil para la danza contemporánea”.
El común denominador de las piezas coreográficas presentadas en esta oportunidad es que son contemporáneas. La iniciativa de #Bailemos partió de reunirnos para celebrar nuestra pasión por la danza. El placer de bailar es fundamental para recordarnos, tanto a directores, como a coreógrafos, artistas y bailarines, el motivo de que estemos aquí, el por qué nos hace levantarnos diario.