Inauguraron magna exposición de Francisco Icaza en el Museo del Palacio de Bellas Artes
- Hasta el 8 de septiembre se podrán admirar más de 145 obras del artista
Me quiero ir al mar es la primera exposición individual de Francisco Icaza en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Reúne más de 145 piezas, entre las que sobresalen sus series de pinturas con algún eje en común, como es precisamente el mar, la X, las aves o el Sol. Fue inaugurada la noche del jueves 13 de junio en el recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), donde permanecerá hasta el 8 de septiembre.
La titular del INBAL, Dra. Lucina Jiménez, aseveró que México le debía esta exhibición a Francisco Icaza, porque su obra había estado presente en diversos recintos y muestras, “pero no había tenido una exposición exhaustiva, puntual, cuidadosa, pero al mismo tiempo apasionada”, como la inaugurada ayer en un espacio emblemático como el Museo del Palacio de Bellas Artes.
“Forman parte de esta exposición más de 145 obras, que han sido seleccionadas por dos excelentes curadores que han hecho un trabajo magnífico, porque han repasado no sólo la obra plástica, los dibujos y el trabajo muralístico de Icaza, sino, además, han recreado el contexto en el cual se desarrolló, el debate que generó en diversos momentos y la manera como, desde un pensamiento sabio y crítico, se presentó ante una sociedad en una etapa en la que no estaba dispuesta a escuchar”, añadió la titular del INBAL.
“Estamos frente a una muestra que dará mucho de qué hablar, pero, sobre todo, qué investigar, porque, efectivamente, estamos ante una puerta que se abre a la diversidad de la obra de Francisco Icaza, que al mismo tiempo nos permite indagar hasta dónde la historia del arte mexicano del siglo XX todavía tiene mucho que trabajar en su obra y su perspectiva.
“Esta exposición, asimismo, recoge una filosofía muy importante del Instituto: abrir la cercanía y la proximidad de la creación de nuestros mejores artistas a muchas otras generaciones, pues no se queda solamente en lo que alberga el Museo, sino que también abre un vínculo con las escuelas, en procesos de mediación con personas mayores, y de diálogo y de construcción con artistas jóvenes, pero también con visitantes que tienen un compromiso con una visión de género que busca el equilibrio en la presencia de las mujeres, así como de las y los jóvenes, las niñas y los niños”, refirió la Dra. Lucina Jiménez.
De igual forma, agradeció la colaboración de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, “porque nos ha permitido exhibir La farándula, un mural que para nosotros es muy importante; que nos llenó de emoción recibir, porque es uno de los pocos murales dedicados al teatro, y qué mejor que recibirlo después de 15 años de ausencia, aquí, en el Palacio de Bellas Artes, donde dialoga en este espacio escénico que parece su casa natural”.
Por último, la titular del INBAL recordó que la muestra fue inaugurada en una fecha “especialmente importante, porque estamos celebrando el 120 aniversario de Carlos Chávez, fundador de esta institución. Así que reiteramos el compromiso con la misión del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y la refrendamos con la exposición de Francisco Icaza”.
Por su parte, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández Félix, compartió una breve semblanza de Icaza, quien nació en una familia de diplomáticos, por lo que desde el momento de su nacimiento las travesías lo marcaron. “Los viajes que realizó a lo largo de su vida tuvieron influencia en su obra”, refirió el titular del recinto, y mencionó la relación de Icaza con artistas y escritores de su época, así como su participación en el movimiento de la Ruptura y el Salón Independiente, entre otros.
Aunque ésta es la primera gran revisión que se hace del artista, existe más obra del maestro que habría que rastrear, dijo Santiago Espinosa de los Monteros, cocurador de la muestra, y agregó que el nombre de la muestra viene de una exhibición que el artista tuvo en una galería de Coyoacán en 1986.
Comentó, asimismo, que esta exposición es una revaloración del trabajo de un artista de mucha potencia. “Fue una persona muy activa hasta el último día de su vida. Fue querido por sus amigos, aunque también despertaba tempestades”.
Su participación en la escena artística de los años sesenta y setenta fue vital. Tuvo una cercanía importante con personajes como Alejandro Jodorowsky y Leonora Carrington. “La trayectoria de Icaza fue en solitario, pero fue el camino que él escogió. Sin embargo, inició en el arte a creadores como Vicente Rojo y Manuel Felguérez”, recordó el cocurador. Como asistente de Rufino Tamayo en Nueva York, Icaza aprendió cómo retomar la estética prehispánica y hacerla contemporánea.
Natalie Gama Pourdanay, cocuradora de la muestra, guio el recorrido por la exposición, que abre con una serie de autorretratos. Afirmó que el agua es para Icaza un medio, un trayecto para ir, pensar y crear. Otro espacio es el que ocupan los cuadros con la X, donde parte de la museografía tiene un diseño alusivo a dicha letra. Un óleo sobre tela de la serie Círculo es una de las piezas más emblemáticas, ya que contiene la X, el círculo y el mar.
Por último, Espinosa de los Monteros aseveró que es trabajo de los jóvenes investigadores y curadores indagar más sobre la obra de Francisco Icaza, de quien se desconoce mucho. “Que esta exposición abra más puertas”, concluyó.
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