México me quiere y eso me causa un reconfortante sosiego: Bárbara Jacobs
- Hoy, la escritora recibió del INBAL la Medalla Bellas Artes 2019 en el campo de literatura
- Ana García Bergua y Alberto Ruy Sánchez acompañaron a la escritora, poeta, y ensayista durante la ceremonia en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
Como si se tratara de un cuento, Bárbara Jacobs eligió como protagonista de su historia a una margarita, cuyos pétalos desojados, entre "me quiere y no me quiere", narraron su historia personal que la ha llevado a ser reconocida por su legado literario, a México y cuya narración embelesó al público que la acompañó a recibir la Medalla Bellas Artes 2019.
En el preámbulo de su intervención, la escritora galardonada agradeció a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y a la Dra. Lucina Jiménez, directora general del INBAL, por esta distinción al expresar que se trata de “una inesperada, aunque bienvenida Medalla Bellas Artes”.
Del “me quiere o no me quiere” al “me hallo y no me hallo”
La escritora hizo un recuento de los 72 años que lleva en el mundo la temida respuesta a la pregunta ¿Me quiere o no me quiere?
“Empecé por preguntar, cronológica y circunstancialmente, a cada persona a mi alrededor y como es natural, la primera víctima de semejante cuestionamiento fue mi mamá”. Confesó así que pasó su infancia zarandeada entre la oscilación de la respuesta.
Durante su adolescencia, juventud, adultez y posteriormente la fortuna de volver a formar una familia, el hábito de deshojar margaritas se estancó debido a su calidad de emigrante desterrada, por convicción propia, con derecho a tener la nacionalidad de tres países: Líbano, Estados Unidos o México.
“Me he sentido tan de aquí, como tan de allá, con dos sensaciones de pertenencia opuestas y para sintetizar en la fascinante expresión de México: Me hallo y no me hallo. No se trata de tener seguridad, ni de saber cuál de estos países he llamado propio, sino de saber cuál de estos países me quiere o no me quiere”.
Bárbara Jacobs describió su emoción por el reconocimiento recibido:
“Lo único que pretendo decir con todo esto es, simplemente, que ahora que recibo la Medalla Bellas Artes siento, sin ninguna duda, que México me quiere, lo cual me causa un reconfortante sosiego”.
La Dra. Lucina Jiménez, en la ceremonia realizada hoy en la Sala Manuel M. Ponce, afirmó que este reconocimiento se otorga a las personas que por su trayectoria y por su generosidad han logrado formar a nuevas generaciones, compartir su creación en un universo de mucha complejidad, al mismo tiempo convulso y que han logrado colocar a México en el mundo.
Sabiduría heredada y juicio literario
A nombre de la Secretaría de Cultura y del INBAL, la Dra. Lucina Jiménez expresó que la Medalla Bellas Artes, también y sobre todo, es un reconocimiento de sus lectores, “porque hablar de Bárbara Jacobs es referirse al mundo de los buenos libros, de la sutileza y la sensibilidad, pero también de la claridad y la contundencia”.
Por ello señaló que “la entrega de este galardón a una gran escritora, poeta, ensayista, maestra, traductora y mujer generosa de este país, nos honra porque así enriquecemos y reconocemos las letras mexicanas y además colocamos el nombre de Bárbara Jacobs y su obra, junto a la de grandes creadores, como Rubén Bonifaz Nuño, como Jaime Sabines, como Alí Chumacero, como Henestrosa, como Pitol, como el propio García Márquez, pero también como Luisa Josefina Hernández, como Beatriz Espejo, como Elsa Cross, Margo Glantz, que han recibido también este reconocimiento.”
Destacó la forma en que la escritora conmueve a través de su obra, que transpira una sabiduría heredada no sólo de las culturas de las que procede, sino que absorbe y transforma el mundo de la literatura universal de donde se ha nutrido de manera contundente al ser una obsesiva lectora.
La titular del INBAL subrayó que Bárbara Jacobs ha crecido por sus propios méritos en un mundo literario complejo y a veces veleidoso, “sin embargo, el trayecto construido desde ella misma, que crea, escribe, debate y nos interpela desde sus textos, es capaz de pintarnos el mundo con una sola frase.
Agradecemos en el trayecto de Bárbara Jacobs, la construcción del juicio literario en la formación autopersonal de cada uno de sus estudiantes y lectores, porque para ella enseñar la literatura del siglo XX, acercar a jóvenes contemporáneos o dudosos lectores a su obra, le ha planteado siempre un rigor y una autoexigencia que le permite conectar con el interés y con el deseo de los demás”.
Construcción gozosa de géneros literarios
En su intervención, la escritora Ana García Bergua consideró que los libros de Bárbara Jacobs son inclasificables, pues mucha de su producción consiste en una gozosa y libresca mezcla de géneros y gran parte de sus novelas están formadas a partir de fragmentos, cartas y diarios que arman sus historias.
“Asimismo, una parte muy importante de la obra de Bárbara Jacobs la constituyen sus ensayos, que abarcan temas muy diversos, alrededor de los libros, la lectura, la vida de los escritores y toda clase de temas breves que desarrolla con enorme inteligencia y humor”.
Fue un emocionado Alberto Ruy Sánchez quien en su intervención describió el peso específico de la literatura de su amiga galardonada.
“Cada libro escrito por Bárbara Jacobs nos hace sentir que hemos hecho una lectura indispensable, iluminadora y llena de misterio, aguda y sutil, acariciante y profunda”, dijo Alberto Ruy Sánchez en la ceremonia de entrega de la Medalla Bellas Artes 2019 a la escritora.
"En cada libro de Bárbara sientes cómo ella va aprendiendo, pero en este libro (La buena compañía), demuestra cómo ella va cambiando. Cada libro de ella es distinto, y al mismo tiempo es el mismo. Es decir, me hace pensar no ya en la sabiduría que va adquiriendo, sino en la sabiduría natural que ella tiene".
Agradecimiento y semblanza
Bárbara Dian Jacobs Barquet nació en la Ciudad de México en 1947. Escritora, ensayista, poeta y traductora, es nieta de emigrantes libaneses e hija de un transterrado estadounidense, creció entre libros, pues su padre Emile Jacobs fue un lector obsesivo. Se inició en las letras a los 12 años, escribiendo un diario, el cual a la fecha lo mantiene vigente. Es licenciada en psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al agradecer el reconocimiento a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y a la Dra. Lucina Jiménez, directora general del INBAL, así como la presencia de las y los invitados, entre quienes también se encontraban Elena Poniatowska y Javier García Diego, Bárbara Jacobs expresó que se trata de “una inesperada, aunque bienvenida Medalla Bellas Artes”.
Becaria de El Colegio de México, donde llevó a cabo estudios de traducción, fue investigadora y profesora de 1974 a 1977. Profesora de Lengua inglesa en la Universidad Iberoamericana, fue becada por el Fonca de 1992 a 1993, año en que realizó una residencia en la Universidad de Iowa, Estados Unidos. A partir de 1994, Bárbara Jacobs es miembro del Sistema Nacional de Creadores (SNC).
En 1970 empezó a publicar cuentos y ensayos en revistas y suplementos literarios. Escribe ensayo literario para el diario La Jornada, es colaboradora de Araucaria, Babelia (suplemento de El País, España), Casa del Tiempo, El Europeo, Hispamérica, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Luna de Abajo, Matador (España), Nexos, Revista de Bellas Artes, Revista Mexicana de Cultura, Revista Universidad de México, Sábado y Unión.
En 1987 obtuvo el Premio Xavier Vallaurrutia por su primera novela Las hojas muertas. Autora de más de una veintena de obras, entre los reconocimientos recibidos, se encuentra también el Premio Biblos al Mérito 2013 por la comunidad libanesa. Su primera publicación fue una plaquette que data de 1979 titulada Un justo acuerdo de la colección La máquina de escribir.
Perteneciente a la generación de Juan Villoro y Guillermo Fadanelli, Bárbara Jacobs cuenta entre sus publicaciones con Doce cuentos en contra (1982); Antología del cuento triste (1992), en colaboración con quien fuera su esposo, Augusto Monterroso, y Vidas en vilo (2008).
En la categoría de ensayo: Escrito en el tiempo (1985), Juego limpio: ensayos y apostillas (1997), Un amor de Simone (2000) y Dos libros (2002). Entre sus novelas se encuentran: Las siete fugas de Saab, alías El Rizos (1992), Vida con mi amigo (1994), Adiós humanidad (2000), Atormentados (2002), Florencia y Ruiseñor (2006), Lunas (2010), La dueña del Hotel Poe (2014) y La buena compañía (2017).
En su novela más reciente, Rumbo al exilio final (2019), Bárbara Jacobs narra las experiencias que en sus primeros años de aprendizaje la vincularon con la literatura y la escritura, en particular, con las personas que la pusieron en contacto con este mundo. Se trata de “una autobiografía intelectual”, en la que hace un recuento de textos de autores nacionales y extranjeros que dejaron una impronta en su formación.