El teatro es el arte del presente, del aquí y ahora: Alejandro Luna, escenógrafo
- El también arquitecto cumple 80 años este 1 de diciembre; ha recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes y la Medalla Bellas Artes 2016
- Ludwik Margules: colaborar con Luna significó “ la posibilidad de estar en presencia de la genialidad”
El escenógrafo más importante de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, Alejandro Luna, cumple este 1 de diciembre 80 años. Su labor por el teatro, la calidad de sus diseños para la escena, incluida la iluminación y su trabajo artístico a favor de los movimientos y creadores más relevantes del país, lo designan como referente indispensable para comprender el desarrollo del espacio escénico y el teatro mexicano en su totalidad.
Para el maestro Alejandro Luna (Ciudad de México, 1939), escenografía es sinónimo de dirección. Es el espacio que limita y caracteriza la puesta en escena, que define el universo donde la obra sucede; es el territorio, el lugar necesario que contiene y dispara o hace resonar la acción.
Luna Ledesma es arquitecto por la UNAM y escenógrafo e iluminador teatral por vocación. Realizó estudios de Arte dramático con Enrique Ruelas y Fernando Wagner; y Escenografía con Antonio López Mancera y Justino Fernández. Se especializó en Harvard y en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), además de desempeñarse como docente en la Escuela Nacional de Arte Teatral y ser coordinador nacional de Teatro del INBAL.
Para el maestro Luna, “la escenografía es el tercer elemento indispensable del teatro: actor, espectador y espacio. La escenografía es esencial, proporciona la puesta, la sustenta y la dirige. Su geometría dirige el movimiento”.
Se formó en el oficio del teatro universitario al participar en el Teatro Estudiantil Preparatoriano, donde apostó por la experimentación con espacios, texturas y elementos, así como en el Teatro Estudiantil Universitario con los grupos de la Facultad de Filosofía y Letras y de Ingeniería de la UNAM, en el cual trabajó en La petición de mano de Antón Chejov en 1958, al lado del director Eduardo García Máynez.
“La universidad subsidiaba el teatro profesional. Tal vez el único otro ejemplo sea el de Chile. En la universidad se experimentaban los nuevos repertorios y las nuevas formas escénicas, los nuevos lenguajes. Era la sede de la vanguardia. En esos años brillaba el teatro de Juan José Gurrola, José Luis Ibáñez, Héctor Azar, Héctor Mendoza, que se hacían acompañar de pintores, quienes proponían escenografías que reflejaban sus muy personales universos plásticos o el ismo de moda”, escribió sobre el teatro de la época.
Como arquitecto ha equipado, asesorado y perfeccionado numerosos teatros de la República Mexicana y como escenógrafo ha participado en el montaje de la escenografía e iluminación de más de 200 obras de teatro, cine y opera.
“Creo que el teatro es el arte del presente, del aquí y ahora. Que la puesta es para el público de hoy, aunque los temas fundamentales sean los de siempre. Me interesa el proceso de acercamiento; encontrar la equivalencia de los signos, me siento cómodo al diseñar obras del pasado, más que con las de autores nuevos”.
Su trayectoria incluye ser miembro fundador de la Sociedad Autoral de Escenógrafos, forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca y es integrante de número de la Academia de Artes de México. En reconocimiento a sus aportaciones al arte escénico se le distinguió con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2001, con el Distinguished Artist Award por la International Society for the Performing Arts en 2004 y la Medalla Bellas Artes en 2016.
Luna Ledesma ha sido calificado por distinguidas personalidades del arte escénico. Hugo Hiriart dijo que “es un monstruo, un prodigio inexplicable en el teatro; Ludwik Margules señaló en alguna ocasión que colaborar con él significaba la posibilidad de crecer artísticamente, “es la posibilidad de estar en presencia de la genialidad”.
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