El Museo de Arte Moderno exhibe la serie pictórica Manuel Rodríguez Lozano. Los retablos de la muerte
- La muestra, integrada por 18 pinturas de formato menor y cuatro fotografías, permanecerá abierta al público hasta el 26 de abril
- El conjunto plástico sobre la figura de Santa Ana fue pintado a petición del coleccionista Francisco Sergio Iturbe
El Museo de Arte Moderno (MAM) presenta la muestra Manuel Rodríguez Lozano. Los retablos de la muerte, una de las series más importantes en la obra del pintor mexicano compuesta por 18 pinturas de formato menor referentes a la figura de Santa Ana.
Organizada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la exposición forma parte del programa Proyectos de nuevas lecturas sobre obras del acervo del MAM en el espacio del Gabinete del edificio principal del MAM, en el que se abordan revisiones puntuales de periodos específicos de la historia del arte en nuestro país y procesos creativos documentados desde fuentes primarias de piezas icónicas de la colección del museo.
Manuel Rodríguez Lozano. Los retablos de la muerte emula la primera puesta en escena de la serie de 18 pinturas sobre la figura de Santa Ana, pintados por Manuel Rodríguez Lozano a partir de un encargo que el coleccionista Francisco Sergio Iturbe le comisionó para una habitación de su palacio colonial, ubicado en la calle de Isabel la Católica número 30.
Esta muestra se presenta como una instalación que recrea la habitación en que se encontraban originalmente las pinturas de Rodríguez Lozano, incluido un sillón en el cual el público podrá recostarse o sentarse, con el fin de enfrentarse al tema de la muerte de Santa Ana desde la misma posición en que fue representada y a la altura de observación que se les destinó.
Los cuadros, cuyas imágenes corresponden al velorio de Santa Ana, fueron realizados por Manuel Rodríguez Lozano entre 1932 y 1933, en honor a la muerte de la madre del propio coleccionista. La comisión de Iturbe sobre la muerte de la madre de la Virgen María se dio en el contexto del vacío que le produjo al coleccionista el deceso de su propia madre, Elena Idaroff. Por tanto, este conjunto de óleos fue dispuesto como una instalación en honor a la fallecida.
En enero de 1964, el INBAL adquirió un lote con 200 obras de Francisco Iturbe entregadas al Museo de Arte Moderno, entre ellas 16 de los tableros de Santa Ana, los cuales junto a dos piezas más pertenecientes a una coleccionista particular, se presentan en el espacio del Gabinete con el fin de documentar cómo se encontraba dispuesta originalmente esta serie, acompañada de cuatro fotografías que muestran la habitación en la casa de Iturbe.
La fisonomía mestiza de los personajes que pintó Rodríguez Lozano, así como los rebozos que portan, refieren al contexto mexicano, aunque con ello la figura de Santa Ana propuesta no se asemeja ni a la efigie de la madre de Iturbe, ni al patrón católico para representar a la madre de la virgen María.
No obstante, con estas pinturas Rodríguez Lozano remite a la veneración del pueblo mexicano hacia Santa Ana como patrona de las mujeres en parto y protectora de los niños, además de reinterpretar el retablo popular o exvoto, es decir, aquellas diminutas pinturas hechas en lámina por personas humildes que solicitaban la intervención o agradecimiento a un santo a través de escenas fantásticas.
Manuel Rodríguez Lozano, una de las grandes figuras de la Escuela Mexicana de Pintura, es fundamentalmente conocido por especialistas y académicos del ámbito artístico. Este ejercicio procura revalorar su obra y difundirla entre el público al presentar la serie sobre Santa Ana, conocida también como los Retablos de la Muerte.
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