Única en su género, la Escuela de Artesanías celebra su 43 aniversario como denominación oficial
- Sus planes de estudio son semestrales y organizados en un mapa curricular que integra las áreas: técnica, artística, teórica y metodológica
Cerámica, Ebanistería, Esmaltes, Estampado, Joyería y Orfebrería, Metales, Textiles y Vitrales, son las especialidades académicas que hacen de la Escuela de Artesanías, la única en su género a nivel nacional y de reconocimiento mundial, institución que celebra este 23 de octubre, 43 años de recibir su denominación oficial de escuela profesional.
Como parte del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (Sgeia), sus especialidades son de nivel técnico medio superior, cuyos planes de estudio son semestrales con una duración total de tres años, organizados en un mapa curricular que contempla las áreas: técnica, artística, teórica y metodológica, con la finalidad de egresar individuos con una formación integral y acreedores a cédula y título profesional como Técnico Artesanal.
El origen de la Escuela de Artesanías data de 1949, cuando se llevó a cabo la fundación del Taller de Integración Plástica en el espacio del edificio de la Ciudadela que cedió la Secretaría de Educación Pública, cuyo objetivo pedagógico era hacer murales y escultura monumental: arte público.
No obstante, después de muchos cambios, fue el 23 de octubre de 1980 cuando se otorga a la escuela su denominación oficial como Escuela de Artesanías, siendo nombrado su nuevo director el maestro Ramón Corona Apicella (1980-1984). Ya para 1987 el edifico de la Escuela, situado en la Ciudadela, fue requerido por la Secretaría de Educación Pública para ser destinado a la Biblioteca de México, entonces se habilitó un edificio con domicilio en la calle de Xocongo 138, Col Tránsito para ubicar la escuela (domicilio que aún ocupa).
Hoy, como institución del Inbal -instancia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México- que forma artesanos, la escuela, dirigida por la arquitecta María Julieta Ramírez, tiene la misión recuperar técnicas propias de áreas formativas poco vistas o en desuso, reproducir piezas artesanales manufacturadas, documentar sus procesos para posteriores consultas, mantener la elaboración de objetos tradicionales e innovar con nuevas propuestas conservando los procedimientos mayoritariamente manuales.